Mas si osare un extraño enemigo…

Según Maquiavelo el príncipe tiene que evitar cualquier cosa que pueda provocar el odio y el desprecio. El príncipe —sigue el florentino­— “debe gozar el cariño del pueblo, pero si el pueblo está en su contra y le odia, entonces debe temer a todo y a todos”. Nada peor puede suceder a un gobernante que ser odiado por el pueblo. Esa es la desgracia del gobierno de Enrique Peña Nieto. No se trata de conflictos políticos, sociales o ideológicos. La baja aceptación es un eufemismo para decir que el pueblo no quiere al Presidente. El problema grave sería si además existiera odio, que visiblemente empieza a nacer.

La explicación de algo tan complejo es todavía más compleja. Tiene que ver con la lista de agravios sociales que lleva la contabilidad social gubernamental: Iguala, Tlatlaya, Nochixtlán, Tanhuato, Casa Blanca, Casa de Malinalco, reformas estratégicas tambaleantes, gobernadores pillos en plena libertad. La última humillación es la incomprensible invitación a Donald Trump y abrirle la casa de Los Pinos para fingir la inexistente hospitalidad del pueblo. Trump es un extraño enemigo.

Todavía faltan más de dos años —históricamente los más difíciles— y la administración está liquidada anímicamente ante una ciudadanía decepcionada de su gobierno. No es mal humor social es la ira popular.

Han sido muchos los errores del gobierno que generaron el clima exacerbado, la crispación social.

Se ha diseñado para hoy, el día del Informe, un encuentro presidencial con “alrededor de 350” jóvenes. Sin que se hubiera cuestionado la idea, plausible si no tuviera cola, un vocero oficial aseguró que no habrá preguntas vetadas y que no será un encuentro a modo. Esto parece muy bien y hasta condición ineludible, pero lo extraño, lo aparentemente oculto, la cola, es que no habrá testigos, el encuentro será privado, sin prensa y habrá una edición del mismo que se transmitirá en la noche por televisión. ¿A quien creen que engañan ? Se le habrá ocurrido utilizar grupos de enfoque para saber lo que piensa la gente de su gobierno?

Me gustaría saber si los jóvenes entre 15 y 30 años, previamente seccionados, harán las preguntas que se hacen los demás jóvenes no seleccionados. También si entre los jóvenes habrá algunos estudiantes de las escuelas normales del país, o jóvenes que viven en la Montaña de Guerrero, en la Sierra de Juárez o en las comunidades rurales chiapanecas. ¿Irán líderes estudiantiles de la UNAM o el Poli? ¿Cuál fue el criterio para seleccionar a los jóvenes destacados?

¿Será que preguntarán al Presidente por qué no ha ido a visitar la Escuela Normal de Ayotzinapa? Si estaría dispuesto a permitir una comisión de la verdad, independiente, que investigue lo que efectivamente pasó con la Casa Blanca. Si le parece republicano que miembros de su familia, esposa e hijas e hijos aparezcan en las portadas de las revistas del corazón.

Habría tanto que preguntar. ¿Aceptaría reunirse como cualquier mandatario lo hace con la prensa independiente? ¿Estaría el Presidente dispuesto a renunciar a un título de abogado que no merece y ha salpicado de oprobio a su alma máter ? La postura de la Universidad Panamericana (en las redes se conoce como la Universidad Plagiamericana) de que es un asunto consumado es propia de una oficina de gobierno, nunca debiera serlo de un centro de educación superior, así sea como es la del Presidente: privada y confesional.

¿Si pensó en los mexicanos que viven en EU y que nunca entenderemos cómo es que el presidente fue a Washington y declaró su respeto a Donald Trump? Semanas después lo invitó a México. Trump es para los mexicanos un enemigo. Es peor que una persona non grata. Trump no debería haber sido bienvenido.

En un país presidencialista como México, así existan separación de Poderes, pesos y contrapesos y controles recíprocos, el Ejecutivo es un poder predominante. Por eso pudo invitar a Trump, en contra de la gran mayoría de los mexicanos y hacerlo sin que exista una sanción jurídica.

La majestad presidencial es un pilar de la gestión política. Cuando se pierde afecta a todo el aparato público y al país. Es grave que esté perdida la majestad que debería esperarse de quien detenta las facultades casi omnímodas que le confiere la Constitución. La medida del desprecio creciente será el sentido de los votos en 2018.

Investigador nacional.

@MarioMelgarA

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