El pasado martes 28 de marzo la bancada del PRI en San Lázaro pretendió tomar protesta al diputado federal suplente Antonio Tarín García, para protegerlo con el fuero constitucional porque éste tenía una orden de aprehensión girada por el gobierno de Chihuahua, acusándolo por el delito de peculado.
El solo hecho de haber intentado protegerlo por parte del PRI, nos indica tres posibilidades: 1. El PRI está alejado de la sociedad y no ve ni escucha lo que los mexicanos reclaman, combate a la corrupción y a la impunidad.
2. El hecho es evidencia clara de que en México el problema es de corrupción organizada y no de corrupción individual. Así pues, quedó al descubierto una red de complicidades que los obliga al “tapaos los unos a los otros” que señala Denise Dresser.
3. Estas redes de complicidades y de corrupción se dan en los ámbitos económico, político y en relación con el crimen organizado, como quedó al descubierto con el caso Veytia de Nayarit.
Debe quedar claro que el PRI no pudo proteger al presunto delincuente ex director de adquisiciones del gobierno de César Duarte en Chihuahua, porque el PAN y otros grupos parlamentarios y diputados se opusieron rotundamente. Por lo que el PRI, a pesar de tener mayoría, se hubiera quedado solo y tuvo que bajar el tema del orden del día.
El pasado martes 4 de abril se instaló el Comité Coordinador del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) en un acto solemne en las instalaciones del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, que presidió la doctora Jacqueline Peschard, quien sentenció: “Si no tenemos resultados pronto, crecerá la desconfianza de la sociedad a las instituciones”.
Ha trascendido que hay dos corrientes al interior del SNA. Una que promueve la implementación del sistema, el fortalecimiento de las instituciones y enfocarse en los criterios preventivos. Otra que dice: la sociedad quiere resultados, quiere combate a la corrupción lacerante y cínica que lastima al pueblo. La sociedad quiere a los corruptos en la cárcel, y exista así, un comienzo para combatir la impunidad que retroalimenta la descarada corrupción.
Yo creo que las dos posiciones no son excluyentes, pero que éstas tienen o deben tener orden. Es urgente que el SNA inicié con el pie derecho ganándose la credibilidad de la sociedad. Es evidente que hay en estos momentos muchos elementos para proceder contra los corruptos. Y eso espera el pueblo mexicano.
Son demasiados los casos de alta corrupción que han salido a la luz; los mexicanos esperamos que vayan los corruptos a la cárcel. Esto es lo que el SNA puede garantizar, que los corruptos pagarán por sus actos de corrupción.
Creo que proceder contra casos emblemáticos de corrupción daría al naciente sistema (SNA), a su Comité Coordinador y al Comité Ciudadano un “bono de confianza” tan necesario hoy en las instituciones por parte de la sociedad. Y ésto a su vez les daría el tiempo requerido para lograr el perfeccionamiento institucional, la implementación de las políticas anticorrupción y las de control administrativo y de transparencia que ayuden a prevenir la corrupción.
Quedaría claro para la sociedad y los funcionarios públicos que la lucha contra la corrupción va en serio, y no es una simulación más del sistema político mexicano corrupto y corruptor que tenemos. También mandaría el mensaje que el Sistema Nacional Anticorrupción y las instituciones que la componen no son cómplices de la simulación que históricamente ha prevalecido en la supuesta lucha contra la corrupción.
En lo personal, soy escéptico sobre las intenciones que dieron origen a este SNA, también dudo mucho que el problema para combatir la corrupción sea la falta de coordinación y que por tanto se requería la creación de un Comité Coordinador. Más bien creo que lo que se necesita es que todas estas instituciones cumplan cabalmente su función, con compromiso, y así sirvan a la nación y no al poder.
Espero que este SNA me demuestre a mí y a la sociedad que estamos equivocados, porque ellos sí están decididos y comprometidos en combatir la corrupción y meter a la cárcel a los corruptos.
Lo he dicho hasta el cansancio, no cambiaremos una cultura de opacidad, de corrupción y de patrimonialismo sin sanciones ejemplares.
Diputado federal independiente.
@ ClouthierManuel