Más Información
El inicio del proceso electoral en Sinaloa da cuenta de la profunda crisis por la que atraviesan los partidos políticos. Esta crisis de los principales partidos en el estado obedece a distintas razones.
El PRI está en crisis porque sigue siendo el PRI de antaño, en una época en la que el poder está fragmentado y es más difícil mantener los modelos de control autoritario que en otro tiempo operaron.
La crisis priísta se exacerba por el conflicto que se mantiene entre el malovismo-millanismo y el poder federal. El millanismo se aferra a mantenerse un cuarto sexenio controlando el poder en Sinaloa y esto lo pretendió primero imponiendo al delfín malovista Gerardo Vargas como candidato del PRI, y fracasó; ahora lo pretenden hacer reeditando el escenario de 2010, promoviendo la candidatura de Héctor Melesio Cuen a través de la alianza PAN-PRD-Pas.
La crisis del PRI se alimentó por un mal manejo político de las dirigencias estatales y nacionales. Se les olvidó cómo es el “juego de las sillitas”. Las reglas del juego infantil decían que cuando quedaba una silla debían quedar sólo 2 jugadores de pie. En el PRI dejaron correr irresponsablemente el tiempo y provocaron falsas expectativas sin poner orden oportunamente, quedando 10 jugadores de pie cuando quedaba sólo una silla. Esto provocó que los aspirantes se pelearan por la silla y que al designar precandidato a la gubernatura dejaran a casi todos los restantes muy enojados.
Hoy ya se están metiendo zancadillas, así da cuenta el “error” que se cometió al pretender registrar extemporáneamente el convenio de coalición del PRI-Verde-Panal, por lo que ésta será posiblemente desechada restándole votos al PRI.
Por otro lado, el PAN está en crisis porque ya no es el PAN donde se pretendía influir en la formación de ciudadanía y en la democratización del país para “combatir el mal con abundancia de bien” y lograr erradicar los males del autoritarismo, patrimonialismo, abuso del poder y corrupción que nos inyectó en las venas el viejo régimen priísta. El PAN sinaloense no fue ni oposición ni gobierno, sólo cómplice.
Hoy el PAN en el estado, atrapado por el oportunismo, decidió entrar una vez más a la pepena de candidatos, buscando quién les pueda elevar la taquilla electoral aun cuando aquello signifique volver a pisotear todos los principios y valores que su ideario pregona. Ejemplo de ello es la alianza que acaba de signar con el Pas (Partido Sinaloense, que dirige Melesio Cuen) y el PRD, similar a la elección local de 2013 cuando postuló a la candidata Lucero Sánchez, quien hoy es diputada local y da cuenta por sus presuntas relaciones con el narcotraficante El Chapo Guzmán. Lo cual ha despertado las preguntas: ¿Quién propuso a la señora Lucero Sánchez para ser candidata del PAN-PRD-Pas? ¿Quién la avaló y aceptó en el PAN?
Finalmente, la crisis panista en Sinaloa se agrava con la infiltración de alfiles del malovismo-millanismo que tomaron el control corrompiendo a las dirigencias y a las bases.
De la izquierda ni hablamos. Salvo muy pocas excepciones, como la diputada Imelda Castro, del PRD, y el ciudadano José Antonio Ríos Rojo, de Morena, entre otros, son representantes de una izquierda de lucha con dignidad.
He guardado silencio en estos días sobre la sucesión sinaloense porque me niego a aceptar que me he bajado de un carro al que nunca me subí. He sido claro: seguiré esforzándome por aportar a la construcción de un mejor país desde la diputación federal y desde ahí crear mis opciones con tiempo, sin improvisación, con trabajo, organización y estrategia como lo hice para lograr la candidatura independiente y la diputación federal en 2015. Los que me conocen saben que no estoy a favor de proyectos personales o caudillistas, sino que mi lucha es por causas y que me gusta hacer las cosas bien.
“El chiste no es cambiar de amo, sino dejar de ser perros”, nos dijo Maquío. El futuro de Sinaloa dependerá de la dignidad de sus ciudadanos y no de la bondad de sus gobernantes. ¡Que Maquío tenga razón!
Diputado federal independiente
@ClouthierManuel