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La salud es un derecho humano fundamental, un gran igualador social que permite el acceso a otros derechos formalmente reconocidos, así como un requisito previo para alcanzar el desarrollo y el progreso individual y colectivo.
En este contexto, el Día Mundial de la Población, a celebrarse el próximo 11 de julio, brinda una valiosa oportunidad para reflexionar no sólo sobre la dinámica registrada en tiempos recientes, sino también, en tópicos esenciales como la salud.
De acuerdo con los especialistas, el crecimiento exponencial de la población en el planeta, ha traído consigo diversas problemáticas asociadas con el aumento sin precedente de la urbanización, la contaminación ambiental, la demanda de servicios básicos, un nuevo estilo de vida caracterizado por el sedentarismo, el cambio en los patrones alimenticios y, con ello, la aparición de nuevas enfermedades, entre otras cuestiones.
México no escapa a esta tendencia global. La población ha aumentado de manera sostenida, casi cinco veces desde mediados del siglo pasado y, además, ha cambiado en cuanto a su ámbito y estructura, hábitos y necesidades.
Por lo anterior, el gobierno federal ha implementado una serie de programas y acciones orientados a atender los grandes retos derivados de la dinámica demográfica. Un ejercicio retrospectivo da cuenta de buenos resultados como la importante reducción de la tasa de mortalidad general; de la mortalidad infantil en cerca de 90 por ciento; una enorme mejoría en mortalidad materna y el crecimiento en casi 30 años en la esperanza de vida en la últimas seis décadas y media.
Destacan también, la instrumentación de un programa de vacunación exitoso, que se ha fortalecido en la presente administración, al aplicarse más de 330 millones de vacunas e invertir más de 25 mil millones de pesos. Además, en promedio, cerca de un millón de mexicanos es atendido diariamente en las instituciones de salud públicas.
Sin duda, una transformación radical se ubica en la estructura de mortalidad, la cual ha transitado de enfermedades infecciosas a enfermedades crónico-degenerativas, lo cual impone nuevos retos por atender, en el corto y mediano plazos.
En tal virtud, sobresalen medidas orientadas a garantizar la protección de la salud y la economía de las familias mexicanas, como la estrategia de liberación de genéricos; las compras consolidadas del IMSS que han generado ahorros por 10 mil 800 millones de pesos, y una licitación por cerca de 50 mil millones para medicamentos y material de uso en las unidades de atención médica; la implementación del Programa Salud en tu Escuela; la creación del Registro Nacional del Cáncer; el Programa Nacional contra el Infarto Agudo al Miocardio; así como el Programa contra el Cáncer Infantil.
Sin embargo, aún persisten desafíos que es prioritario atender como la diabetes, obesidad y sobrepeso, VIH-SIDA, adicciones, muertes violentas, la salud en los jóvenes y adultos mayores, el embarazo en niñas y adolescentes, la cobertura, el problema del financiamiento y la universalización de los servicios, entre otros.
Ante este panorama, resulta imperativo seguir fortaleciendo las políticas públicas orientadas a garantizar la protección de la salud de la población, para el mejoramiento sistemático de su bienestar y calidad de vida, así como de los niveles de desarrollo.
Senadora de la República.
Presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables.
lilia.merodio@senado.gob.mx