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Aunque a un ritmo lento, la economía mundial sigue creciendo y presenta signos de mejoría reflejado por un repunte de la inversión, recuperación del empleo, mayor producción industrial y un aumento del comercio global, lo que hace prever un mejor año para los países avanzados y en general, para los BRICS en 2018; México, al igual que algunos países en desarrollo no serán la excepción.
Así las cosas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) proyecta una mejora del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de 3% en 2016 a 3.5% 2017 y 3.6% en 2018.
Destacan las recuperaciones de la zona euro de 1.7% en 2016 a 1.8% en 2017 y 2018, mientras que en la India la marcha de la economía se moverá de 7.3% este año hasta 7.7% el próximo.
Es de señalar también la reactivación esperada en Brasil, que después de dos años de recesión, regresa a las tasas positivas de crecimiento en 2017 y se espere llegue a 1.6% en 2018, animada por el repunte observado en los precios internacionales de las materias primas y el impulso del comercio mundial. México, por su parte, se espera crezca por arriba de 2% el próximo año, situación que no se considera probable en éste.
En relación con la economía nacional, sorprendió el aumentó de 0.7% en el primer trimestre, con respecto al anterior, siendo la tasa anual de crecimiento desestacionalizada de 2.6%, frente a 2.3% en los tres meses anteriores.
El país logró crecer, a pesar del efecto Trump y por ende el desplome de los indicadores de confianza, que obviamente afectaron inversión y consumo y del gasolinazo, que tuvo un impacto inflacionario y que afectó el poder adquisitivo de los agentes económicos.
Esto evidentemente obedeció al aumento de las exportaciones (por ejemplo, las ventas externas del sector automotriz totalizaron de enero a mayo poco más de un millón 200 mil unidades, una cifra sin precedentes para dicho periodo) y de las remesas que permitió mitigar los efectos adversos sobre el consumo.
Tan sólo en abril se captaron 2 mil 306 millones por este concepto, lo que representa un aumento de más del 6% respecto al mismo mes del año anterior y el mayor monto registrado para ese mes, desde que se tiene registro.
En contraste, la producción industrial ha venido cayendo sostenidamente por las bajas en la actividad minera y de la construcción y el aumento de la manufacturera no ha podido compensarlas.
Todo esto en un entorno fiscal restrictivo, por la necesidad de bajar los altos niveles de endeudamiento, al igual que monetario, en virtud de contener la inflación.
El crédito por, consecuencia se ha encarecido, lo que no abona a la actividad económica.
A pesar de la incertidumbre que aún persiste por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que iniciará en agosto y diversos riesgos geopolíticos, los mercados financieros han mostrado menor volatilidad en relación a lo evidenciado a finales del año pasado, respondiendo más a la expectativa de un mayor crecimiento apoyado por mayores utilidades empresariales y el fortalecimiento de la demanda externa.
Lo que sí, esta nueva etapa de México con el TLCAN a renegociarse en puerta, puede significar una oportunidad para el país para integrarse más productivamente con sus vecinos del norte e ir superando el esquema meramente maquilador; así como también diversificar exportaciones a otras regiones del mundo.
Otro tema es repensar la mejor distribución de la riqueza generada. La apertura de las fronteras ha concentrado los beneficios en unos pocos, como también algunas regiones han quedado marginadas del progreso.
Como el propio estudio de Perspectivas Económicas de la OCDE señala como prioritaria la necesidad de “inclusión” y capacitación para el cambio, México debe velar por ello e incrementar el valor agregado de su sector industrial y aumentar las capacidades de sus trabajadores, a fin de no condenarlos a salarios bajos in perpetuum o bien a ser desplazados, “tarde o temprano”.
Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte
E-mail: idea@anahuac.mx
