Estados Unidos lleva 11 años consecutivos con incrementos anuales del Producto Interno Bruto (PIB) por debajo de 3%. La promesa de Trump es volver a hacerla crecer entre 3% y 4% bajo su mandato, que comenzó el 20 de enero, gracias a un mayor gasto de infraestructura y a su plan fiscal de reducción de impuestos.

Sin embargo, el crecimiento de Estados Unidos en el primer trimestre fue de 0.7%, su peor nivel en tres años, por debajo de las expectativas que eran de 1%, de acuerdo con la Oficina de Análisis de Gobierno.

Esto supone además, una marcada ralentización con respecto al avance del Producto Interno Bruto de 2.1% en el último trimestre de 2016 y de 1.6% con el que la economía estadounidense cerró 2016.

La desaceleración ocurrida en los tres primeros meses, los primeros de Donald Trump al frente del Ejecutivo, obedece a la brusca caída del consumo (que representa dos terceras partes de la actividad económica de ese país) que aumentó a un ritmo anual de apenas 0.3%, frente a 3.5% en el periodo anterior y siendo el peor registro desde 2009.

Asimismo, se evidenció un descenso en la inversión de inventarios privados y en el gasto público estatal y local. No obstante, la aceleración de las exportaciones (5.8% frente a la caída de 4.5% en el cuarto trimestre de 2016) y de la inversión fija, tanto residencial como no residencial, que contrarrestaron parcialmente la desaceleración de la economía de Estados Unidos.

El aumento de la actividad económica en el primer trimestre no es el tipo de crecimiento “para coronar los primeros 100 días de Trump” de acuerdo con Sal Guatieri de BMO Capital; no obstante, no es un reflejo de la salud de la economía estadounidense. El aumento de los salarios fue el más veloz en 10 años, debido a que el mercado laboral está en pleno empleo; la confianza del consumidor está cerca de máximos en varios años; y la manufactura se están beneficiando de una inversión de las empresas en equipamiento que se mantiene fuerte. Esto descarta un estancamiento secular.

La tasa de desempleo en marzo fue de 4.7%, su menor nivel en prácticamente una década. Si bien solo fueron creados 98 mil puestos de trabajo, se estima que el crecimiento mensual sea de 178 mil este año, siendo solo esta baja de dinamismo, temporal. El resultado pudo estar afectado por el clima y las fuertes nevadas, que también paralizaron el gasto del consumidor y que minó la demanda por calefacción y la producción energética.

Asimismo, el incremento del salario real en marzo fue de 0.2% , empero registró un aumento de 0.9% en el primer trimestre, tras subir 0.5% en el cuarto trimestre.

El sector de las manufacturas también tuvo un tropiezo ligero en marzo, después de haber alcanzado su mayor nivel en dos años y medio durante febrero, pero acumula casi ocho años de crecimiento ininterrumpido.

El Índice de Gerentes de Compras del sector manufacturero y que mide el dinamismo en este sector, retrocedió 0.5 puntos durante marzo respecto de febrero y se ubicó en 57.2 unidades, pero representa una zona de crecimiento sostenido.

De esta manera, la economía de Estados Unidos tuvo un bache, pero refleja solidez. Empero hay un claro riesgo de que después de una década de excesivamente bajas tasas de interés, la economía se resienta, porque es un hecho que la Reserva Federal seguirá elevando su tasa de interés de referencia ante una mayor presión inflacionaria. Este será el mayor reto de la administración Trump, este año.

Directora del Instituto Desarrollo Empresarial Anáhuac y Coordinadora de la Maestría
en Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac.

idea@anahuac.mx

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