Cuando Uber fue fundada en 2009, se trastocó la manera en cómo nos transportábamos, pero en el futuro próximo los carros autónomos conducirían a una reinvención del transporte y mucho más que esto las ciudades serán rediseñadas y el costo del transporte, muertes por accidentes viales y la contaminación se reducirán, presumiblemente, de forma importante. Por otro lado, conductores de camiones y choferes se verán desplazados de la fuerza laboral.

La urbanización y el desarrollo de mega ciudades, han puesto mucha presión en la demanda por movilidad, con las consecuentes restricciones: congestionamiento vehicular; seguridad vial y peatonal; y, calidad del aire en el uso de vehículos. Un crecimiento significativo también ocurre en ciudades pequeñas y medias, las cuales tienen sus propias condiciones y necesidades de movilidad.

A medida que las tecnologías disruptivas van ganando lugar en la industria del transporte, de un modelo de negocio tradicional de ventas, van apareciendo otras oportunidades para participar en más transacciones. De acuerdo con Kolinsky, economista en jefe de Ford, en cada minuto en Estados Unidos se venden 30 automóviles, se recorren 7 millones de millas, hay 125 mil taxis/Ubers en las carreteras, 60 mil viajes son compartidos, se generan 1.3 millones de bytes de datos en el Internet, y 450 mil datos desde un vehículo conectado; así como, hay 350 mil apps operando.

Con el desarrollo de nuevas tecnologías, se visualizan tres etapas en la movilidad:

a) transportación como un servicio: punto a punto, movilidad por una cuota - viaje compartido, por demanda, shuttle dinámico y mensajería; b) vehículo autónomo compuesto del sistema de conducción virtual (computadoras, sensores, software, electrónicos que reemplazarán al conductor) y plataforma de vehículos autónomos, que soportan el propio sistema de conducción virtual y la transportación como un servicio y c) la administración vehicular como un servicio (integral de “punta a punta”: adquisición, financiamiento, aseguramiento, manteniendo y disposición).

Uber es la star-up mejor valuada en el mundo en alrededor de 70 mil millones de dólares con presencia en más de 425 ciudades en 72 países y sacudió a la industria de taxis globalmente estimada en 100 mil millones de dólares, pero en realidad su interés está puesto en otro mercado más grande, el del transporte personal valuado en 10 billones de dólares por año a nivel mundial.

Uber ya está haciendo pruebas en las carreteras de Pittsburgh de sus unidades sin chofer, pero no está sólo, Volvo ha ofrecido próximamente ya camiones sin operador, Tesla avanza en su piloto automático y las armadoras (vgr. Ford, GM, Chrysler) ya están junto a los gigantes tecnológicos (vgr. Google, Apple, Samsung) para lanzar sus propias unidades antes de 2020.

En este ámbito, el potencial de unidades autónomas eléctricas es enorme, incluyendo las bicicletas. La previsión es que los traslados se abaratarán (ganancias por eficiencia y ahorro del salario y prestaciones del chofer), de tal suerte que, la gente ya no comprará carros o ya no se emplearán choferes y que el parque vehicular podría reducirse hasta en un 50% en los próximos años. Las ciudades serán rediseñadas para disponer de los espacios de estacionamiento sobrantes pudiéndolos convertir en áreas verdes y sobrevendrá toda una discusión regulatoria y de aseguramiento, entre otros temas torales que acompañarán a estos nuevos modelos de negocio.

La adopción de carros autónomos será gradual, hasta efectivamente ir calibrando los sistemas y hacer válida la propuesta de seguridad, que va más allá del mero confort que significa no tener que conducir.

En resumen, se puede decir que el futuro de la movilidad, comprende un abanico de tecnología y modelos de propiedad (incluyendo los tradicionales), que dependerá de las condiciones y necesidad de movilidad de cada región.

Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte

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