Laura Iturbide Galindo

Estados Unidos: marcha moderada

El principal motor de la economía de EU es y será el mercado interno. La tasa de desempleo ha transitado de 5.6% a inicios del año pasado a 5% al finalizar éste

13/01/2016 |01:50
Redacción El Universal
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Bajo diferentes mediciones, la economía estadounidense se muestra saludable. Los niveles de desempleo están en línea a las cifras pre-crisis de 5%; menores precios de la gasolina y energía han significado ahorros significativos para el consumidor y la construcción de casas habitación sigue recuperándose gracias a las ganancias en el empleo y mayor ingreso disponible, pero la esperada recuperación después de la crisis financiera de 2008 aún está incompleta. Las tasas de interés han comenzado a elevarse, el dólar sigue revaluándose y el entorno global luce más complicado de lo que se esperaba. Así las cosas, el crecimiento esperado será moderado este año; esto es, menor a 3%.

El principal motor de la economía de EU es y seguirá siendo el mercado interno. La tasa de desempleo ha transitado de 5.6% a inicios del año pasado a 5% al finalizar éste. Adicionalmente a la mayor creación de puestos de trabajo, el poder adquisitivo de los estadounidenses ha mejorado, ya que la inflación se mantiene en niveles muy bajos (menor a 1% en 2015). El consumo privado se estima seguirá creciendo a una tasa de 3%.

Sin embargo, es preocupante la evolución que muestra el sector manufacturero de ese país. Un dólar fuerte y una demanda global débil, explican su contracción (en diciembre, por segundo mes consecutivo el indicador líder manufacturero ISM, cayó), pero más inquietante es que dicho índice se encuentra debajo de las 50 unidades.

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Asimismo la Reserva Federal (Fed) ya comenzó a elevar el costo del dinero. En su reunión del 16 de diciembre pasado decidió aumentar su tasa de referencia de 0.25% a 0.50%, por considerar que las condiciones económicas eran las apropiadas para el inicio de la normalización de la política monetaria y que dicho ciclo de alzas de tasas sería gradual. La inflación, será factor clave para determinar la velocidad en que se instrumentarán los siguientes aumentos, lo cual presagia que la expectativa del periodo de normalización será más prolongado que los anteriores. El último ciclo de alzas de tasa por parte de la Fed fue en 2004. Un año después, el nivel era dos puntos porcentuales mayor; en esta ocasión no será el caso.

Hay razones para pensar que la elevación de los salarios no será rápido, habiendo al menos tres factores detrás de esta circunstancia, a saber: la gran competencia global y una menor membresía sindical, dejan a los trabajadores con un poder de negociación más débil; la tasa de participación laboral ha bajado de 73% a principios del milenio, a 63% actualmente, esto hace suponer que muchos trabajadores preferirán retener sus trabajos antes que pujar por un alza salarial y finalmente la productividad laboral, determinante del salario medio, se ha mantenido débil. De 2010 a 2015, ésta ha promediado tan sólo 0.5% por año, comparado con el promedio de 2% de los cinco años anteriores. Así hasta que haya señales concretas de alzas salariales, la Fed se mantendrá cautelosa.

Por su parte, la inversión en equipos, software y estructuras comerciales reflejarán un crecimiento robusto este año, pero la inversión fija bruta tendrá un revés en la caída del gasto en las estructuras mineras y energéticas.

En materia de las finanzas públicas, el acuerdo alcanzado respecto al presupuesto federal y la suspensión del techo de la deuda, reducen la incertidumbre y significan un estímulo importante a la economía. En tanto en relación al sector externo, las exportaciones netas no añadirán al crecimiento económico en este año, las importaciones aumentarán más rápido que las ventas al exterior.

Hay indicios de que la economía estadounidense seguirá su paso en 2016. La baja productividad, tal vez evoque para los menos optimistas una “nueva normalidad”, donde el estándar de vida irá mejorando muy lentamente. Y si las tasas de interés y la inflación siguen permaneciendo bajas, estaremos frente a un “estancamiento secular”, lo cual no serán buenas noticias para la economía mexicana.

Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte