Desde 2011, el avance global se mantiene en un ciclo de crecimiento lento, oscilando entre 2.5% y 2.7%, muy por debajo de los promedios de las dos últimas décadas, y el año que entra no será la excepción.

Es probable que en 2016 se observe una aceleración de 2.6% estimado en 2015, a 2.9%, gracias a un aumento esperado en el crecimiento de la economía estadounidense, una pequeña reactivación en la Eurozona y Japón, y una mejoría en la economías de Brasil y Rusia.

Los bajos precios del petróleo y estímulo monetario en Europa, Japón y China también darán soporte al impulso. Desafortunadamente, los riesgos no son menores y un escenario de estancamiento es incómodamente probable.

Los pronósticos económicos para 2016 más importantes que los economistas de IHS visualizan, son los siguientes:

1. El crecimiento de la economía de Estados Unidos se mantendrá sólido. En general los fundamentales se mantienen fuertes, con: el gasto del consumidor creciendo a una tasa de 3%; las ventas de viviendas continuarán recuperándose como lo han hecho desde el 2014; y el gasto de capital no residencial, a excepción del sector energético, será un factor positivo.

Por último, pero no menos importante, gracias al acuerdo presupuestal al que llegó el Congreso de EU, el gasto público estará adicionando a la reactivación del Producto Interno Bruto (PIB). Hay, sin embargo, cuatro influencias que podrían restar fuerza al dinamismo, a saber: el colapso de la inversión en el sector energético; la corrección de inventarios; un dólar fuerte y la debilidad económica mundial. Se espera que la tasa de crecimiento del PIB de este país ronde cercana a 3%.

2. Europa continuará creciendo a una tasa moderada. Después de dos años de recesión, ésta ha venido avanzando desde que en 2014 se logró una tasa positiva; en 2016 ésta podría estar cercana al 2%. Son cuatro los factores que hacen viable este escenario: el continuo estímulo monetario, un euro débil, menor carga fiscal y precios de los energéticos reducidos.

3. La economía China continuará desacelerándose. Desde 2010 ha venido presentando esta tendencia y 2016 no será la excepción. Se proyecta una avance de 6.3%, frente al esperado de 6.8% en 2015 y desde casi 8% en 2013. Los consabidos problemas de sobrecapacidad, niveles de endeudamiento altos y tasas bajas o negativas de retorno en las industrias pesadas de manufactura y minería, son y seguirán siendo, los principales frenos de esta economía. Los altos inventarios seguirán inhibiendo a la industria de la construcción. Se prevé que ni el cambio de política de un sólo hijo por familia ni la inclusión del yuan en los Derechos Especiales de Giro por parte del Fondo Monetario Internacional, tengan un impacto en el corto plazo.

4. Algunos países en recesión se recuperarán, pero el crecimiento en la mayoría de los emergentes seguirá siendo decepcionante. Desde 2013, los mercados emergentes han experimentado una mezcla letal: desplome del precio de las mercaderías; salida de capitales y depreciación de sus monedas (incluso algunos bancos centrales se han visto en la necesidad de elevar réditos, aún estando sus economías en recesión) y estancamiento del comercio mundial. Los que han sido más afectados son los exportadores de commodities, que presentan finanzas débiles y otros problemas estructurales, tales como: Libia, Argelia, Brasil, Rusia y Venezuela, estos tres últimos han experimentado agudas recesiones. En tanto India, importador de mercaderías, ha tenido otro tipo de suerte. En 2016, la mayoría de estos mercados se verán confrontados por el lento dinamismo global, tipos de cambio frágiles y bajos precios de los commodities.

5. El dólar continuará apreciándose. Esta moneda se ha fortalecido 8% respecto a las principales divisas y aún más frente a varias monedas de países emergentes. Dado que la Reserva Federal elevará sus tasas, lo más probable es que el dólar se aprecie entre 3% a 5% más en el primer semestre del próximo año, antes de poder revertir su tendencia alcista. El dólar/euro alcanzarán la paridad, a mediados de 2016; en tanto el yen llegará al nivel de 125/dólar al final del año.

La lista de los riesgos sigue creciendo, como ya se dijo, tales como: un agravamiento de las tensiones geopolíticas; el aterrizaje forzado de China; y un menor avance de los mercados desarrollados. Desde 2011 factores positivos han ayudado a compensar los riesgos a la baja, dejando a la economía mundial en una marcha lenta. 2016 podría ser igual.

*Directora del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac en la Universidad Anáhuac, México Norte.

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