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Todas las disqueras independientes parecen burlarse de majors de la talla Universal Music México, sumidas en la mediocridad tanto de directivos como de lanzamientos vacuos y anodinos, mientras sorprenden sellos como Denver, que acaba de lanzar, como si fuera un disco importado, el nuevo CD de Divino Cabaret, con estuche de piano incluido, que ofrece una gama de sonidos muy atrayentes de ese otro rock mexicano alternativo cortesía de Saga Kastrono, de Trágico Ballet. El álbum en CD incluye un atractivo booklete que avala el talento de varios músicos nacionales en un mosaico de rolas inteligentes muy interesantes para el estándar medio del rock (ese bohemio de excelente voz y violines melancólicos y emocionantes) mexicano. Si lo ven por ahí no duden en comprarlo. Sólo un consejo a la disquera: hay que legitimarlo con su código de barras, para que no sólo se venda en las tocadas de la banda o en lo oscurito, porque vale mucho la pena (chequen los videos que tienen colgados en YouTube).
Si fuera un poco más inteligente y menos cobarde, Cristian Castro estaría defendiendo el disco de su proyecto roquero: La Esfinge El cantar de la muerte (editado por Sony) que, aunque no es nuevo (salió hace dos años) se podría defender ahora mismo en la escena nacional, aparte de que podría medirse con algunas llamaradas de petate muy sobrevaloradas en el medio como Enjambre. Alguien le debió aconsejar en su momento roquero al hijo de la Vero: ni de chiste te vayas a llamar Lugh Draculea, ni incluyas en tu banda a vampiros jaliscienses descolmillados, como César López, el tristemente chupa sangre de Maná que luego fue Azul Violeta y Jaguares. Ambas cosas fueron ignoradas por el también crooner venido a menos. Sin embargo, con un poco de suerte, en la sección de ofertas de originales de Tepito, se pueden encontrar con este disco de debut y despedida del rock, que vale la pena, del hijo de El Loco Valdés que, de plano, draculeó.
En este a veces muy ingrato medio que es el rock mexicano, donde algunos grupos, aparte de financiarse sus discos, tienen que pagar por tocar, hay proyectos como el de Héctor Martínez, en donde los discos de Concience Xplode, Epigmenio Cruz: Vol 1. y Vol. 2 (basados en ese roquero “desconocido” de la película Güeros) y “Neutrinos” (un single de dos canciones electrónicas, se regalan). Con un poco de suerte se pueden encontrar a este personaje que los sábados deambula por el Tianguis del Chopo, y llevarse uno de cuatro o, ¿quién sabe? hasta los cuatro, en donde hay buenas ideas, canciones originales y covers en los que participan en algunas grabaciones Enrique Pescador y Alejandro Orea. Buscando información, se sabe también que tienen un larga duración: “Tachilla”, con ocho tracks propios y dos covers. Este es un curiosísimo ejemplo imparable al margen de lo que no sólo dicta lo que queda de la industria sino hasta de las reglas con que se mueven las disqueras independientes.
Pueden contactar y sorprenderse con este multiproyecto dirigiéndose a Ricardo Smith:
silent_bob0187@yahoo.com
pepenavar60@gmail.com