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En las últimas semanas se ha dado la discusión sobre el destino de los terrenos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), una vez que inicien las operaciones de un Nuevo Aeropuerto Internacional (NAICM); hay incluso la convocatoria para participar en un foro los días 22 y 23 de septiembre.
Un servidor, junto a un grupo de expertos geólogos e ingenieros, por supuesto que vamos a participar; lo haremos discutiendo en primer lugar una serie de cuestionamientos no resueltos en el proyecto del NAICM, principalmente en regulación hidrológica en el Valle de México.
En distintos foros y mesas de análisis en las que hemos expuesto, con datos duros, la certeza que tenemos sobre el alto riesgo de inundación que provocará la construcción del NAICM en la Zona Federal del Lago de Texcoco (ZFLT), simplemente responden que ya se tiene el proyecto para la construcción de un sistema de lagunas de regulación en la misma área del nuevo aeropuerto; proyecto que nadie conoce porque no existe.
El vaso del Lago de Texcoco representa el último reducto de lo que fue el gran lago y en 1971, mediante decreto presidencial, se estableció el Plan Lago de Texcoco y se delimitó la ZFLT con el objetivo de la recuperación ambiental de la región y la construcción de lagos y lagunas, como fue el hermoso lago Nabor Carrillo, mismo que quedará destruido con el actual proyecto del NAICM.
La actual administración federal ha violado el decreto de 1971, mediante un simple acuerdo ilegal entre la Conagua y la SCT pretenden justificar la entrega de los terrenos para el NAICM. Es lamentable la falta de profesionalismo, las omisiones y mentiras en la información que la SCT ofrece al público: no se dijo que desaparecería además del actual aeropuerto, la Base Militar de Santa Lucía; no se conocen los planes y proyectos para el desarrollo urbano regional; de vialidad y transporte; de servicios; no se ha expuesto el proyecto de protección a las aves migratorias del Lago Nabor Carrillo, y nadie ha visto el proyecto de regulación hidrológica que garantice la seguridad de millones de habitantes de la zona oriente del Valle de México.
La mayoría de las grandes ciudades en el mundo tienen dos o más aeropuertos; los casos de abandono son muy pocos, los viejos aeropuertos se modernizan y se mantienen en operación. Invito al lector a hacer un repaso mental de las capitales o de las grandes ciudades en el mundo y podrán constatar que los nuevos aeropuertos se construyen alejados y se incrementa así la capacidad aeroportuaria.
Quienes han opinado sobre proyectos en los terrenos del AICM no han mencionado que primero se requiere desmontar la mayor parte de la infraestructura como los hangares, talleres, depósitos de combustibles. Se deben realizar además varias acciones de remediación del suelo, establecidos por ley. Si habláramos de desmontar al menos una de las pistas y los caminos de rodaje de los aviones, resulta que debido a los constantes hundimientos del suelo, en varias porciones de las pistas, los espesores de asfalto son muy profundos.
Pero en el caso que no prosperaran nuestras propuestas y continuara la construcción del NAICM en la ZFLT entonces, sin lugar a dudas, los terrenos recuperados del AICM deberían utilizarse para los sistemas de regulación hidrológica. Esto que digo parece absurdo: construir un nuevo aeropuerto en la zona natural de regulación y luego desmontar el viejo aeropuerto y construir ahí los sistemas de regulación. ¿No sería mejor pensar los proyectos con un poco de sentido común?
Twitter: @JL_Luege