El gobierno de Donald Trump decidió no confrontarse con China, al menos en lo que al tipo de cambio se refiere.
El viernes 14 el Departamento del Tesoro norteamericano mantuvo a la economía asiática en su denominada “lista de vigilancia”, al menos durante seis meses más.
Con ello queda claro que China ha logrado diluir uno de los compromisos adquiridos por Trump con sus electores a través del “Contrato con el Votante Americano”, etiquetar a China como manipuladora de su moneda.
Dado que China concentra 50% del déficit comercial de Estados Unidos es evidente que no habrá modificaciones sustanciales al desequilibrio. Habrá que esperar cuál será su reacción respecto al déficit con Japón, México y Alemania, quienes siguen en la lista.
Angela Merkel fue contundente en su visita a Estados Unidos, por ahí no habrá mucho que hacer. Japón tiene un valor geopolítico especial para los norteamericanos, particularmente en este momento.
Respecto a México la renegociación del TLCAN cayó en el proceso administrativo y legal que nuestro país debe aprovechar para, sin prisas, construir una nueva relación más productiva. Renegociar sin la presión de los tiempos electorales sería lo mejor para el país.
¿Por que China logró que Estados Unidos bajará de intensidad su posición respecto al tipo de cambio?
Los intereses globales de ambas potencias determinaron el nuevo orden de prioridades de Estados Unidos.
La agenda militar que se abrió en Siria, Afganistán y Corea del Norte concentra la atención de Trump. Representa una alternativa ante sus derrotas domésticas y en América del Norte.
Para evitar que tenga el mismo destino de sus acciones iniciales en materia migratoria y de renegociación del TLCAN, Trump debe actuar con mayor cautela.
En Asia enfrenta el interés geopolítico y geoeconómico de Rusia, China, la India, Japón e Israel.
Algunos son sus aliados; sin embargo, no le darán un cheque en blanco para emprender acciones que pongan en riesgo su soberanía y economía.
Rusia fue contundente al señalar que el ataque a Siria va en contra de su posición estratégica en la zona. No se debe olvidar que el gobierno sirio tiene un vínculo histórico con Rusia desde la época de la antigua Unión Soviética.
A diferencia de lo que Clinton hizo en los Balcanes, hoy Trump enfrenta a Vladimir Putin, quien intenta ubicar a Rusia como una potencia a ser tomada en cuenta en lo que considera parte de su área de influencia.
En Afganistán las cosas no son menos complicadas, durante los años 80 el gobierno norteamericano armó y dio funcionalidad a los talibanes para enfrentar a la invasión soviética. Sin embargo dicha sociedad se rompió años después y terminó con la aparición de terrorismo y tráfico de drogas que han puesto en jaque al mundo occidental en más de una ocasión.
Dichos problemas no desaparecerán con el lanzamiento de una bomba. Estados Unidos decidió correr el riesgo de que el Estado Islámico decida escalar el conflicto.
Respecto a Corea del Norte la negociación con China es crucial, ello sin olvidar que el gobierno comunista coreano tiene el poder militar suficiente para desestabilizar a la región, algo que no sería oportuno para Corea del Sur y Japón, dos socios estratégicos de Estados Unidos.
Bajo dicho contexto es evidente que el gobierno de Donald Trump decidió posponer, y quizá olvidar, la agenda económica con China. El déficit comercial con el país asiático, (-) 347 mil millones de dólares, deberá corregirse en otro momento, o por mecanismos alternativos que impliquen una mayor negociación.
Para China es un triunfo que se podía anticipar: tiene mayor capacidad de influencia gracias a que posee 30% de la deuda de Estados Unidos en manos de extranjeros y a que entendió que las derrotas domésticas de Trump, así como el impasse respecto al TLCAN, le abrirían la posibilidad de negociar ventajosamente.
Sin precipitarse, China espero el momento oportuno para hacer frente a la posición de Trump, sin desgastarse públicamente aprovechó las victorias de los grupos políticos, empresariales, mediáticos y ciudadanos en Estados Unidos, así como de otros gobiernos, para mantener su posición ascendente y dominante en el mercado mundial.
Hasta hoy el Capitalismo de Estado chino mantiene su ventaja sobre la apertura comercial sin dirección y sobre el intento de revisión comercio internacional que Trump ha intentado operar.
Director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico
***En la foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto con su homólogo de China, Xi Jinping. (JIM WATSON. AFP)