El Proyecto de Constitución Política de la Ciudad de México (CDMX) ya lo podemos consultar: www.constitucion.cdmx.gob.mx. El Jefe de Gobierno de la CDMX lo entregó el pasado 15 de septiembre a la recién instalada Asamblea Constituyente en la Casona de Xicoténcatl, lugar que ocupó el Senado de la República. Los 100 asambleístas constituyentes tendrán hasta fines de enero de 2017 para aprobarlo mediante votación, después de haberlo analizado y en su caso modificado o adicionado.

Inicio con una breve descripción y sigo con mis primeras impresiones. El proyecto de texto constitucional lo conforman 76 artículos distribuidos en 13 capítulos en siete títulos y 21 artículos transitorios. Los títulos más extensos son el Primero Carta de Derechos con 12 artículos de 212 párrafos (aproximadamente) en 30 páginas, y el Cuarto De la Distribución del Poder con 33 artículos en más de 215 párrafos en 43 páginas, sin contar incisos. La nueva sistemática constitucional permite tanto una lectura ágil como establecer las bases para imaginar y calcular el costo asociado a la atención de cada uno de los derecho plasmados. Aún más, permite determinar cada una de las instancias en los tres poderes que se harán responsables de concretar los derechos humanos establecidos.

Es un proyecto profesional, serio y meditado que merece ser analizado a detalle por las implicaciones que tiene sobre la economía regional más importante del país. Nada más y nada menos en la CDMX se genera alrededor del 17% del valor de todos los bienes y servicios de uso final, esto es del Producto Interno Bruto (PIB). Aquí se asienta alrededor del 7.2% de la población nacional, cuya Población Económicamente Activa (PEA) genera el PIB per cápita más alto, seguido por Nuevo León. Tiene la mayor concentración del capital humano con el índice más alto de escolaridad. Aunque por mucho no es la región más dinámica del país en términos de crecimiento económico, por tener a casi a la mitad de la PEA en la informalidad, sigue siendo la más importante, además de ser la capital de la República, sede de los poderes del gobierno federal. De ahí la importancia de que se apruebe una muy buena Constitución de la CDMX orientada a generar prosperidad, a riesgo de mantenerla en el estancamiento y volver a la capital en un lastre de la economía nacional.

No obstante su calidad y los esfuerzos esmerados del Grupo de Trabajo y del Consejo Asesor Externo conformado por distinguidos ciudadanos, esto no significa que no sea susceptible a mejorarse sustancialmente. Es una constitución en la que al predominar la Carta de Derechos, lleva los derechos humanos más allá de lo que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. La misma Exposición de Motivos del Proyecto la presenta como garantista (sic), esto es que todos los derechos humanos que contiene son exigibles y que pueden o deben someterse a la acción de los tribunales de justicia.

De la primera lectura me surgen básicamente dos temores: primero, la incapacidad de la hacienda pública de la CDMX para financiar los derechos y el aparato burocrático para hacer estos derechos una realidad. Simplemente no alcanza ni con los impuestos federales que pagamos y que recibe el erario de la CDMX más los que tributamos en la CDMX. Tan es así que el mismo Proyecto, al plantear en el artículo Décimo Séptimo transitorio convocar a una Convención Nacional Fiscal (“ … El Congreso local promoverá las iniciativas pertinentes para una equitativa descentra lización hacendaria federal”), reconoce que no es financiable el nuevo Proyecto de Constitución de la CDMX.

Segundo, el Proyecto aún no convence como para dar la certeza constitucional y atraer, retener y desarrollar las actividades productivas que creen la riqueza necesaria para sufragar la Carta de Derechos y la Distribución de Poder planteada. Es indispensable dotar de autonomía constitucional al ente público responsable de la planificación urbana y gestión de uso de suelo, para evitar la peor de las corrupciones que corroe a la CDMX.

No cabe duda que es el proyecto legislativo más importante del país que se discutirá por el momento. Mucho está en juego. Hay talento en la Asamblea Constituyente, pero necesita complementarse y enriquecerse con un análisis crítico y profundo de la ciudadanía para evitar una utopía imposible de cumplir y financiar. Esta es la primera de muchas reflexiones.

Economista.

@jchavezpresa

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