Trump llegó hasta aquí atropellando tratados y costumbres (como el TLCAN, el Tratado del Atlántico Norte, OTAN, y más reciente el pacto climático de París). Este racista indecente pretende eliminar el nombre de Obama y cambiar de raíz el sistema político de EU. Quiere imitar a la estrella fulgurante de los republicanos: el galán cinematográfico Ronald Reagan. (Pero a Trump no le ayudan la voz, los modales ni el look…)

En la OTAN, tras felicitar a los países miembros por las nuevas instalaciones, Trump les recordó que están atrasados en sus pagos, y que contribuyen con una cuota ridícula. Les exigió incrementar sus presupuestos para contribuir a su propia defensa. Por dignidad, la única que aceptó el reto fue Ángela Merkel, porque tiene los tamaños y tiene dinero.

Su conocida falta de discreción ha convertido a Trump en depositario peligroso de secretos de Estado. Todos sospechan que comparte secretos de Estado con su nuevo amigo favorito: Bejamin Netanyahu (Bibi). Muchos insisten en Washington en que Trump debería ser evaluado profesionalmente para determinar si es conveniente que siga gobernando…

Trump confía demasiado en quienes le “doran la píldora”, y ese ha sido el lamentable caso del primer ministro Netanyahu, un viejo zorro con años de experiencia y acusaciones de corrupción que está “exprimiendo” a Trump por instrucciones del Mossad.

Bibi Netanyahu quedó obnubilado por el lujo y seguridad de la Trump Tower en el tour que le ofreció el magnate hace algunos meses. No podía creer la riqueza y seguridad que rodeaban al “emperador” neoyorquino, que además, para su enorme fortuna, comenzó a compartir con él secretos de Estado. A partir de ese momento Bibi no ha soltado a Trump. Y así, paulatinamente, comenzaron a filtrarse secretos de seguridad nacional de EU, convirtiendo a Trump en un peligro para la seguridad de ese país y sus aliados…

Una de esas filtraciones, que por su gravedad enfureció a Theresa May la semana pasada, fue la investigación sobre la tragedia de Manchester. Los servicios de seguridad de Reino Unido descubrieron que EU (Trump) había filtrado información y fotos confidenciales de su investigación sobre el atentado.

Hoy sabemos que para derrotar a Hillary, Trump se “entregó” a los rusos. Sus hackers lo llevaron de la mano a la Casa Blanca. Durante la campaña, el embajador ruso en Washington entraba y salía de la Trump Tower en Nueva York para reunirse con el general Mike Flynn (hoy en desgracia) y el yerno de Trump, hoy en la mira del FBI como el testigo más prominente en la investigación del affair ruso (Trump y su yerno han contratado abogados).

Mientras tanto, los Clinton, que algo saben del proceso de desafuero (¿recuerdan a Mónica Lewinsky?) no se han movido de sus asientos. Sienten que el affair Trump está a punto de explotar, dándole a Hillary una segunda oportunidad de llegar a la Casa Blanca en 2020…

Analista político

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