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Felipe Calderón anda en campaña alegando que es “su deber”. Es obvio que está adelantando los tiempos y trabajando en la campaña de Margarita. Ella es la que tiene madera presidencial: preparación, carisma, simpatía. (Y un as bajo la manga que sería llegar como la primera mujer presidente.) Calderón lo que tiene es una añoranza que lo está matando. Y deberíamos entenderlo: nació y creció en el PAN, donde ha incursionado en actividades partidistas desde su niñez. Él lo que quiere, para no ir más lejos, es otro sexenio en Los Pinos. Aunque sea, como dicen los abogados, “por interpósita persona”, que en este caso sería Margarita…
A Felipe de Jesús lo que le interesa es la política partidista, es ahí donde mejor se desempeña: actuar como estratega, elegir candidatos, diseñar políticas y controlar a la bancada panista. Sería un excelente asesor de la presidenta. Cuando fue Presidente de la República muchos lo consideraban mandatario mediocre, pero buen presidente del PAN.
No obstante, los panistas no deberían olvidar que fue él quien destruyó el partido: sus intrigas, sus arranques de ira, su terquedad sus caprichos, su ambición de ser general, cuando le faltaban dotes de soldado raso…
EL UNIVERSAL reportó el domingo pasado que en un acto proselitista en Guanajuato la fila de panistas buscando una selfie con Calderón era interminable. El mandatario perdió la paciencia y mostró al político iracundo que conocemos. Cuando un joven fortachón y descarado (quizá burlándose de él) se formó entre carcajadas para pedirle una segunda foto Calderón lo reconoció y le dijo enojado: “Otra vez… ya cabrón…” El video que subió Contrapunto TV lo dice todo. Después de unas cuantas selfies y autógrafos le cambió la cara. Sólo hay que ver el fastidio con el que firmó los últimos autógrafos.
En el caso de los Fox la cosa fue diferente. La que se desvivía por continuar en Los Pinos era Marta. Ella y sus hijos pretendían seguir haciendo negocios al amparo de la Presidencia. No pudieron…
Los ex presidentes priístas han sufrido también la tentación. Pero toman más en serio el impedimento de la “no reelección”: la chispa que incendió la Revolución. De vez en cuando los electores priístas especulan: “Este presidente va a seguir mandando hasta el último día de su gobierno”. Y no sucede. Porque el respeto a la “no reelección” es la piedra angular sobre la que ha descansado el sistema.
Los panistas han intentado (sin lograrlo) darle la vuelta a la no reelección dejándole el puesto a la mujer. No funcionó con Marta, y quizá suceda por vez primera con Margarita. Ella es diferente. Basta ver cómo levantó la campaña de Josefina cuando estaba moribunda.
Es posible que Calderón haya decidido no ayudar a Josefina para evitar que fuera la primera mujer presidenta. Eso arruinaba su plan. Ahora tiene el camino abierto en 2018. Y ha sonado la hora de una mujer presidenta…
Analista politico.
http://jorgecamil.com