No cabe duda que la esperada visita de Obama a Cuba, estuvo enmarcada por muchos símbolos antes, durante y después que seguramente perdurarán a través del tiempo y no es para menos cuando se trata de la visita de un presidente estadounidense después de 88 años a tierra cubana cuando se habla del fin del último remanente de la Guerra Fría.

En este histórico acercamiento entre las dos naciones, otro símbolo resulta que el Papa Francisco, haya jugado un papel importante para impulsar el fin del bloqueo comercial, financiero y económico más largo de la historia contemporánea entre dos naciones; otros símbolo, cuando a colación pudiera vislumbrarse un acercamiento entre Estados Unidos de Norteamérica y Venezuela; cuando el gobierno de Cuba desbloquea a su vez, impuestos al dólar y simplemente, cuando es Barack Hussein Obama II, quien obsequia tan simbólico acto como un legado a la historia moderna.

Es evidente que el bloqueo político no será tan sencillo de flexibilizar, sin embargo, ante semajantes voluntades no cabe duda que pudiésemos ser testigos de una nueva era en la historia universal, algo similar a la caída del muro de Berlín, o a la perestroika o el glásnost, o bien el fin del apartheid en su momento y en sus justas dimensiones.

Y no es mi afán exagerar o enaltecer a nadie, solamente reconocer el momento histórico que estamos viviendo y todo lo que ello conlleva, el ver a una de las hijas de Obama haciendo las veces de traductora de sus padres en su visita oficial a la Isla, el saber que la primera dama estadounidense hace su propia labor a la par de la de su marido, promoviendo su proyecto Let Girls Learn y reuniéndose con jovencitas estudiantes cubanas para intercambiar puntos de vista, sin lugar a dudas, nos habla de que la posibilidad de generar verdaderos cambios en nuestra actualidad, es posible, y que promocionen equidad e igualdad de oportunidades para nuestras niñas y adolescentes, pueden ser una realidad ya para muchas.

Esos árboles de magnolias que Michelle Obama donó a una biblioteca habanera, sin duda crecerán a la par de las posibilidades de generar cambios, de pensar en cambiar la forma de hacer las cosas en muchos naciones, nos da a los mexicanos, sin duda, la posibilidad de pensar que los grandes y verdaderos cambios están sucediendo cerca de México y que es el momento de que cambiemos también nosotros.

Cuba, Obama, el histórico y simbólico acercamiento de dos naciones alejadas por tantas décadas, nos dejan muchas enseñanzas para tomar en cuenta, en un área de oportunidad que no podemos dejar de aprovechar las y los mexicanos; la visita de Obama a Cuba, nos envió una serie de diversos símbolos que invitan a promover el cambio, nos deja la invitación a que trabajemos para que podamos lograr el cambio del rumbo de nuestra nación.

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