Un proverbio japonés dice: “Poco se aprende con la victoria y mucho con la derrota”. Las competencias deportivas son ejercicios practicados individualmente o por equipos, a fin de superar una marca o vencer a un adversario. El resultado puede ser victoria, empate o derrota. La palabra derrota alude a fracaso, caída estrepitosa o resultado adverso. En los deportes se evidencia la incapacidad de superar ciertas pruebas en situaciones límite.
Normalmente los vencedores disfrutan de las alegrías del triunfo, pero los derrotados pueden aprender de ello para después aspirar a un resultado favorable. El político estadounidense Robert Kennedy (1925- 1968) dijo: “Sólo aquellos que enfrentan el fracaso, pueden también aprovecharlo”. Sin embargo, para que una derrota sea provechosa hay que descubrir sus causas. Lo ideal es hacerlo mediante el análisis y la crítica. Criticar es analizar o examinar algo en función de un objetivo.
En los deportes, la crítica debe ser objetiva, oportuna y veraz. Generalmente la hacen los entrenadores. Según el libro Futbol, de Gerhard Bauer y Heiner Ueberle, “La crítica se puede basar fundamentalmente en los siguientes hechos: el rendimiento global fue mayoritariamente positivo. La capacidad de rendimiento fue positiva o negativa. La disposición para el rendimiento fue buena o deficiente. El comportamiento fue negativo o positivo. El juego fue favorable o desfavorable”. Y más adelante agregan: “En principio, la crítica positiva no crea ningún problema siempre que los jugadores fomenten con su comportamiento el buen rendimiento… Existen muy pocas ocasiones en las que la crítica positiva pueda perjudicar al jugador”.
En su tiempo, el líder de la República Popular China, Mao Tse Tung (1893- 1976) dijo: “La crítica debe hacerse a tiempo; no hay que dejarse llevar por la mala costumbre de criticar sólo después de consumados los hechos”. Incluso el escritor portugués Fernando Pessoa (1888- 1935) dijo: “La función última de la crítica es que satisfaga la función natural de desdeñar lo negativo, lo que conviene a la buena higiene del espíritu”. Desde la poesía, el estadounidense Walt Whitman, en Hojas de hierba, pregunta: “¿Debo alterar mis cantos triunfales?... ¿Debo, pues, aprender a cantar las frías endechas de los vencidos? ¿Y los tétricos himnos de la derrota?” Sin embargo, desde el anhelo de superación personal, el filósofo Buda también hizo notar: “Ni siquiera los dioses pueden tornar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo”.
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