En tanto réplica miniaturizada de la lucha por la vida, el ajedrez conlleva la idea de libertad. El ajedrecista es libre de elegir sus jugadas, siempre que respete las reglas, obviamente. Lo que le confiere sentido a esta libertad es su capacidad de raciocinio, de valorar de manera inteligente la posición que está a la vista y de decidir con eficacia. Como en la vida, la libertad en el tablero no vale tanto por sí misma, sino por lo que con ella se puede lograr.

Según la filosofía, todo lo que pertenece al orden de la libertad pertenece al orden de la razón. Es libre el hombre en cuanto ser racional, por tanto, la libertad es propia del sabio. Por eso el pensador griego Epicteto (55- 135 d. d. C) afirmó: “sólo el hombre culto es libre”. Incluso el filósofo francés Jean Paul Sartre, en su libro El ser y la nada, dice: “El hombre nace libre, responsable y sin excusas… Al estar condenado a ser libre, lleva sobre sus hombros todo el peso del mundo; es responsable de ello y de sí mismo en tanto que manera de ser”.

El don de la libertad de elegir confiere al juego ciencia uno de sus más preciosos atractivos. En el libro El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra (1547- 1615), se lee: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”.

El libertador, poeta y ajedrecista cubano José Martí escribió: “Como el hueso al ser humano, y el eje a la rueda, y el ala a un pájaro, y el aire al ala, así es la libertad la esencia de la vida”.

Es más, el poeta potosino Félix Dauajare, en El que domina en la aurora, dice: “La libertad es de los dioses/. Conquistarla para nosotros/ es alcanzar fragmentos de un reino soñado/, es penetrar de pronto en su fuerza creadora”.

Partida de la Copa Mundial de ajedrez. Tras una tensa fase de apertura, las blancas intentan pasar a la ofensiva, pero las negras reaccionan con un impetuoso contrataque e imponen su albedrío.

Blancas: Laurent Fessinet (2702). Negras: Ian Nepomniachtchi (2705). Baku, Azerbaiyán, septiembre de 2015

Defensa siciliana, variane simétrica (A34)

1.Cf3 c5 2.c4 Cf6 3.Cc3 d5 4.cxd5 Cxd5 5.e3 Cxc3 6.bxc3 g6 7.Ab5+ Ad7 8.Ae2 Ag7 9.0–0 0–0 10.d4 Af5 11.Db3 Dc7 12.Aa3 Cd7 13.Cd2 g5 14.Af3 Tab8 15.Ae4 Ae6 16.Dc2 h6 17.Af5 Axf5 18.Dxf5 e6 19.Df3 Da5 20.Ab2 Db5 21.Tab1 Da4 22.a3 Tfc8 23.h4 gxh4 24.Dg4 Dc2 25.Cf3 Cf6 26.Dxh4 De4 27.Dg3 Dg4 28.Dh2 Ce4 29.c4 Rh7 30.dxc5 Tg8 31.Axg7 Txg7 32.Ce5 Df5 33.Tb2 Tbg8 34.f3 Cg3 35.Cg4 Txg4, rinden blancas, 0-1.

rjavier_vargas@terra.com.mx

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