La finta es un recurso táctico que consiste en hacer lo contrario de lo que el adversario espera, con el fin de confundirlo. Ademán, gesto o amago, el propósito es engañarlo mediante el juego de piernas y el control de la pelota. Consiste en un regate rápido a un lado y a otro, para no dejarse arrebatar el balón y burlar la oposición. Según el escritor español Luis Daudi (1905- 1985) “La burla es la piedra de toque de la habilidad. Aquel que no puede superar la burla no tiene suficiente talento. Esto en los hombres, se ve enseguida”, lo que es evidente en el futbol, el basquetbol y otros deportes. La destreza para esquivar al oponente muestra el ingenio, la picardía e incluso la gracia del jugador.

El ex entrenador español Manuel Fresno, describe la finta como un movimiento efectuado con el cuerpo, independientemente de la trayectoria del balón, con la finalidad de engañar al adversario, induciéndole a desplazarse a un sector del terreno mientras lo hacemos por el opuesto. Es un recurso de gran valor, agrega, porque favorece la rapidez de la marcha individual, el de las líneas y aun de todo el conjunto. También facilita el desborde, el desmarque, la llegada a tiempo a un espacio libre, el avance, la conducción e incluso los saques de banda. Es útil para el apoyo, el relevo y la permuta; evita el choque cuerpo a cuerpo y ayuda a cerrar el paso a un contrario. Es de resultados prácticos fantásticos, ayuda a mejorar el dominio del balón y es insustituible en la técnica del regate.

Según el libro El mundo del deporte, “Pocos otros elementos técnicos le pueden ofrecer al jugador de futbol tantas posibilidades de poner en evidencia su propia singularidad... El éxito de la finta no dependerá solamente de la velocidad y de la forma convincente de la maniobra de engaño, sino de un sabio intercambio de distintas formas, para mantener en continua inseguridad al adversario. En definitiva, el jugador que finta tiene que ser siempre sorprendente”.

Sin embargo, como ocurre en la vida real, en las lides deportivas el engaño puede convertirse arma de doble filo, puesto que si el oponente lo descubre y lo refuta, el jugador que intenta pasarse de listo suele perder el balón y hacer el ridículo. En su época, el político y escritor galo Francois de La Rochefoucauld (1613- 1680) advirtió: “El medio más fácil para ser engañado es creerse más listo que los demás.” Acaso por eso el novelista Jean de la Fontaine (1621- 1695) concluyó: “Engañar al que engaña es doblemente entretenido”.

rjavier_vargas@terra.com.mx

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