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El hombre es un ser para la acción, para enfrentar los retos de la naturaleza y para convivir con ésta. Pero la tecnología y las comodidades de la vida moderna lo están cambiando radicalmente, porque lo que prevalece es el reposo y el sedentarismo. En su tiempo, el filósofo y matemático francés Blaise Pascal (1623- 1662) advirtió: “Nuestra naturaleza debe estar en movimiento. El reposo absoluto es la muerte”.
Según un artículo del profesor Carlos Jiménez Díaz, “La evolución en la manera de vivir del hombre ha desplazado a éste de la naturaleza y ha provocado una alteración del hábito humano que no tendría importancia trascendental que reviste, si no fuera porque es al tiempo base de una patología en la que las anomalías de la postura, del tono y de las formas juegan un papel esencial. ¡Cuántas veces en los procesos más diversos la raíz de la persistencia del mal, o de las molestias, deriva exclusivamente de esto!... La patología del aparato respiratorio con ese conjunto de afecciones: el enfisema, las bronquitis crónicas, los estados asmáticos, etc., que forman la parte más frecuente de ella, es, en gran proporción, consecuencia directa de alteraciones de la forma del tórax y su función que habrían podido ser corregidas a tiempo por una gimnasia inteligentemente ordenada”.
Es evidente que las facultades físicas de una persona, sus habilidades, incluso su salud, dependen de su estilo de vida. La buena salud es un estado de equilibrio funcional entre todos los órganos. Si el estado físico influye en el espíritu, el estar bien implica fortalecer cuerpo y alma. El político estadounidense Abraham Lincoln (1808- 1865) concluyó: “Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años”.
Es cierto que la tecnología hace más fácil y agradable la vida, pero debe ser empleada con mesura y evitar el alejamiento de la naturaleza. El científico y artista italiano Leonardo da Vinci (1452- 1519) dijo: “Aunque el ingenio humano pueda crear invenciones que, por la ayuda de máquinas respondiendo al mismo fin, nunca producirá ninguna invención más bella, ni más simple ni más apropiada que las que produce la naturaleza; porque en sus invenciones nada falta, ni nada es superfluo, y no necesita contrapeso cuando crea miembros apropiados para el movimiento… La naturaleza está repleta de razonamientos que no tuvo nunca la experiencia”. Por eso el poeta inglés Lord Byron (1788- 1824) dijo: “El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella”.
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