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Por increíble que parezca, Ricardo Antonio La Volpe modificó su proverbial estilo de ataque y retrasó a sus hombres para lograr el objetivo de eliminar a las Chivas Rayadas del Guadalajara.
Había que frotarse los ojos para ver a Oribe Peralta como mediocampista. Una vez que lo liberó de aquellos amarres, Peralta marcó el golazo de la victoria amarilla con su clásico movimiento hacia el frente para testerear con gran fuerza y dirección. El reconocimiento para Oribe, que ha sabido aguantar vara como suplente del cuadro americanista.
En este contexto defensivo, mejoró la retaguardia americanista, al tiempo en que La Volpe echaba insólitas flores a Ignacio Ambriz, quien moldeó la estructura del equipo que hoy dirige el argentino. Esta noche ante el sorprendente Necaxa, el América estará obligado a hacer valer su condición de favorito, aún sin el lesionado Rubens Sambueza en los controles.
Brillante trayectoria
Federico Vilar decidió retirarse de las canchas después de una dilatada trayectoria de 15 años en el futbol mexicano, que inició en el modesto equipo del Zitácuaro en Michoacán.
Contra lo que algunos piensan, nunca noté en él ningún afán burlesco en sus extraordinarios lances para cortar centros a una mano o realizar las cabriolas espectaculares que el dominio total de su profesión le permitían. Conozco bien su calidad humana y el respeto que siente por todos sus compañeros de profesión. Ciertamente estaba sobrado, sin que ese término tenga parentesco con el exceso de confianza.
Grandes momentos alcanzó con el Atlante campeón de 2007 y enamoró a la afición azulgrana cuando prefirió quedarse con los morenos en lugar de aceptar el jugoso contrato que le ofrecía la Máquina Cementera del Cruz Azul.
Furibundo admirador del legendario ‘Loco’ Gatti, en 2008 se animó a escribir un libro con brillantes conceptos y una serie de aclaraciones sobre la posición del arquero. Ojo: el libro, llamado ‘El Arco de la Vida’, que no es una exaltación personal o una autobiografía, no lo escribió un periodista a partir de sus ideas, sino que fue el propio Vilar quien volcó sobre el papel su pensamiento.
Escribí en el prólogo: “A cualquiera le sorprendería que un futbolista en activo, presa del rectángulo verde, autómata acostumbrado a soltar frases cajoneras desprovistas de compromiso e imaginación, de pronto quisiera escribir un libro. Pero si el de la iniciativa es Federico Vilar, no hay sorpresa, sino confirmación de cacumen”.
Predestinado de los campos verdes (aunque paradójicamente nació en la ciudad de Rojas), el guardameta desmitifica en esas páginas muchos de los conceptos más socorridos sobre el oficio de impedir goles en el juego más hermoso del mundo. El centinela del arco afirma contundentemente que la posición no es ingrata, que el arquero también es un jugador de campo y que no necesariamente debe tener elevada estatura.
Defensor a ultranza del estilo creativo de los arqueros americanos, establece en la publicación un comparativo con los europeos, poniendo al descubierto el conservadurismo y estancamiento de los arqueros del Viejo Mundo.
heribertomurrieta65@gmail.com