En los últimos tiempos hemos leído sobre nuevos paradigmas que, por problemas políticos, de seguridad, religiosos, de nuevas fronteras o por visiones más cerradas, ven a sus países como si fueran aldeas de 150 personas que viven del autoconsumo. Sin embargo, muchos otros, afortunadamente la mayoría, ven las cosas de otro modo: donde las nuevas tecnologías y la globalización redefine las cadenas de producción, comercialización, de transporte de bienes y servicios; en general, las nuevas cadenas logísticas.
Esta nueva reconceptualización sobre seguridad y cooperación internacional obligan a cada gobierno a trabajar para estar acorde con la forma en que el mundo se transforma.
En las últimas semanas les he platicado acerca de la visión y razones en todo lo que se ha hecho en estos casi cuatro años y medio del actual gobierno y con ello, cómo México está trabajando para integrarse a los nuevos paradigmas tecnológicos.
La evolución de la tecnología incide directamente en nuestra comunicación, cooperación y conectividad. Este fue uno de los principales temas que se trataron en el Foro de Cooperación que se llevó a cabo en Beijing. Es innegable que las relaciones comerciales, políticas y culturales en el mundo, y particularmente entre China y los diferentes bloques donde América Latina aumenta su participación, cada día son más cercanas e importantes.
De la misma manera, la semana pasada en Buenos Aires se llevó a cabo una Conferencia Hemisférica de la CIP que tuvo como objetivo potenciar el comercio intra-regional para poder desarrollar nuestros aparatos productivos nacionales, reducir costos logísticos y estrechar nuestras relaciones internacionales; vernos como un bloque nos daría mayor fortaleza para enfrentar con éxito los retos que el mundo nos impone.
Durante estos días analizamos, debatimos y compartimos propuestas y experiencias exitosas sobre los puertos y el fomento de los sistemas de transporte intermodal. No hay duda en que los puertos son el punto de convergencia institucional, comercialmente hablando, más importantes; no nada más porque aquí se conjuntan autoridades aduanales, comerciales, de transporte y de seguridad, entre otros, sino porque son el espacio físico donde, preponderantemente, la exportación e importación se lleva a cabo.
Sin embargo, la apertura e integración exitosa a otros mercados nos obliga internamente a tener mejores resultados. Por eso quiero retomar algunos indicadores que el Presidente resaltó hace unos días.
En el primer trimestre de este año el PIB creció 2.8%; el mayor incremento en los últimos 18 meses, influenciado por el aumento anual de 11.4% en las ventas y porque, durante este mismo periodo, se han recibido 7 mil 945 millones de dólares en inversión extranjera directa; la cifra trimestral más alta en los últimos 20 años. Con este monto, la IED sexenal se sitúa en 144 mil millones de dólares; 52% superior a lo reportado en el mismo periodo de la administración pasada. Lo anterior entre muchos, muchísimos otros indicadores que he reportado en mis últimos artículos.
Estamos creando las condiciones necesarias para participar con el mundo en igualdad de circunstancias y, al mismo tiempo, para que los mexicanos tengamos más y mejores oportunidades de acceso a las innovaciones tecnológicas, ya sea para esparcimiento o para el trabajo, pero también para temas médicos y educativos.
Todo lo anterior, y siendo conscientes y claros de los cada vez mejores números de nuestra economía, nos da la seguridad de que los llamados de diferentes países, como de China que nos habló, metafóricamente, de la “Ruta de la Seda” como instrumento de intercambio y de apertura, o bien, de América, con la voluntad manifiesta de trabajar juntos para sumar esfuerzos, nos harán un país cada vez más protagónico en el acontecer internacional.
Coordinador general de Puertos
y Marina Mercante.
guillermo.ruizdeteresa@yahoo.com