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A partir de que se establecieron, hace 40 años, las 200 millas náuticas como zona exclusiva para todos los países y unos años después empezamos a producir 3.4 millones de barriles diarios de petróleo, México tuvo que adoptar un nuevo paradigma en la rectoría de los puertos y la Marina Mercante.
Inicialmente, en 1940, la Marina Mercante se asignó a la Secretaría de Comunicaciones. Posteriormente pasó a la Secretaría de Marina y, en 1976, la autoridad marítima se transfirió por última vez a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, no sólo como una reestructura administrativa, sino como una nueva visión del papel del sector marítimo portuario como motor del desarrollo económico del país. Así, se responsabilizó a la SCT para intervenir en todos los problemas relacionados con las comunicaciones y transportes por agua.
Esta última etapa se inició con una flota menor, escuelas náuticas con poco equipamiento y con una pequeña población estudiantil. Actualmente contamos con equipo y simuladores de punta para los más de 2 mil alumnos de las 3 escuelas náuticas, que año con año forman más de 465 egresados —excelentes marinos, reconocidos y demandados en todo el mundo. Nuestras instituciones de educación náutica tienen una eficiencia terminal de 78%, cifra muy superior al promedio de las instituciones de educación superior en el país.
Hace unos años, los puertos se concebían como puntos de control y movían alrededor de 67 millones de toneladas (mdt) de carga y 698 mil pasajeros. Hoy se conciben como puntas de lanza en una política pública de logística e interconectividad y transportan a 5.6 millones de pasajeros y mueven cerca de 300 mdt.
Hoy las nuevas realidades del comercio y la economía global han propiciado en todo el mundo que los puertos comerciales y la marina mercante operen como instrumentos de desarrollo económico.
Actualmente, México vive el mejor momento de su historia en cuanto a su Marina Mercante. Contamos con 739 embarcaciones mayores matriculadas como mexicanas para tráfico de altura, que equivalen a más de 3 millones de Toneladas de Registro Bruto. Además, 97% del cabotaje de personas y mercancías, es decir, la navegación entre un mismo país con rutas cercanas a la costa, se realiza también en barcos de bandera mexicana. Sin mencionar que por su propia naturaleza, puertos y marina mercante apoyan a la población civil con información sobre condiciones meteorológicas.
En una segunda entrega ahondaré sobre estos temas, por ahora quiero dejar bien claro que contar con puertos competitivos y una Marina Mercante de excelencia es una condición obligada para hacer realidad la visión del presidente Peña Nieto de transformar a México en una plataforma logística global.
Sin duda es importante tener el apoyo de la Semar, a través de los Centros Unificados para la Protección Marítima y Portuaria (Cumares) creados en 2013, que garantizan la seguridad y la protección de la vida humana en el mar, pero sólo a través de un sector marítimo portuario eficiente y competitivo lograremos impulsar en todo el país un nuevo auge comercial, que contribuya a la economía nacional en su conjunto, en beneficio de todos los mexicanos.
Coordinador general de Puertos y Marina Mercante.
guillermo.ruizdeteresa@yahoo.com