En la primera entrega de este artículo hablé de la importancia de tener puertos comerciales y una Marina Mercante que operen como instrumentos de desarrollo económico. En particular, señalaba que México vive un periodo de desarrollo sin precedentes de su Marina Mercante, que explico a continuación.

Si bien en los 80 se impulsó a la Marina Mercante consolidando la flota petrolera y modernizando cuatro grandes astilleros —Veracruz, Mazatlán, Guaymas y Ensenada— esta política respondía a un esquema proteccionista. Con la liberación de la economía mexicana de los 90, México se integró a la globalización del comercio exterior. Este nuevo modelo permitió atraer mayores flujos de inversión, que repercutirán favorablemente en la calidad y competitividad de los servicios, en especial del sector marítimo portuario. Hoy, México se conecta por vía marítima con 145 países y 491 destinos en los cinco continentes; y llegan al país las líneas navieras más importantes del mundo.

Por su parte, el presidente Peña Nieto ha dado un nuevo impulso a la Marina Mercante con la Ley de Fortalecimiento de la Marina Mercante y de la Industria Naval Mexicanas, que está discutiéndose en el Senado y va hacer fundamental para formular políticas públicas dinámicas y hechas a la medida del sector marítimo. Sin mencionar, la emisión de dos nuevos reglamentos que llevaban pendientes más de 9 años.

Esta Ley permitirá establecer un Comité integrado por la SCT y representantes de otras dependencias involucradas con el sector, para establecer acciones de mejora y desarrollo del sector en materia fiscal, laboral y crediticia. Además, esta ley busca atraer empresas navieras para incursionar en la navegación de altura, facilitando el uso de embarcaciones extranjeras inscritas en un Folio Especial, así como fomentar el cabotaje. Asimismo, se impulsará el desarrollo de astilleros, haciéndolos más competitivos tanto a nivel nacional como internacional, sin mencionar el programa de renovación de la flota de Pemex.

En materia de educación náutica estamos fortaleciendo la profesionalización de los recursos humanos y modernizando equipos e infraestructura en las 3 escuelas náuticas del país, que cumplen con los más altos estándares internacionales establecidos por la Organización Marítima Internacional.

Finalmente, quiero destacar un instrumento con el que cuenta la Marina Mercante que recientemente ha probado su eficacia en emergencias como el huracán Patricia. Me refiero al Derrotero Meteorológico, cuyo objetivo es contribuir a salvaguardar la vida humana, vigilando y reportando en tiempo real las condiciones meteorológicas desde días antes, hasta cada tres horas, en caso de emergencia.

En suma, decir que la Marina Mercante Mexicana vive el mejor momento de su historia no es un eufemismo; es una realidad que se demuestra con el número y la excelencia de sus marinos mercantes, el tonelaje de registro bruto y la cantidad sin precedentes de barcos de bandera mexicana, así como la permanente oferta de nuevos barcos petroleros, pesqueros y turísticos. Seamos capaces de apreciar la fortaleza de nuestra Marina Mercante y reconocer cómo se ha desarrollado en los últimos 40 años.

Coordinador general de Puertos y Marina Mercante.

guillermo.ruizdeteresa@yahoo.com

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