Gabriel Guerra

Siria: pantano e infierno

El objetivo de Rusia de corto plazo es evidente: salvar al regimen de Assad del colapso y darle herramientas militares y económicas para sostenerse

12/10/2015 |01:17
Redacción El Universal
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Hace ya tres años de lo que comenzó como un levantamiento pro democracia, continuación aparente de la Primavera Árabe, y luego se convirtió en una guerra civil entre los rebeldes y el gobierno del todavía presidente Bashir al Assad, para después tornarse en lo que es hoy un infierno para la población, y un pantano para todos los países afectados a su alrededor, ya sean vecinos, potencias regionales, naciones receptoras de migrantes o las grandes potencias que tratan de intervenir en el conflicto.

El papel que ha jugado EU, y de la mano, a rastras, sus aliados europeos, ha sido un fracaso rotundo por donde se le quiera ver. La intención original, que era el derrocamiento del dictador al Assad, estaba inspirada en el experimento libio, donde a fuerza de dinero, armamento y bombardeos se logró la caída de Moammar Gaddafi, su brutal asesinato y, ya fuera de plan, el desmoronamiento de ese país, hoy convertido en zona franca para las muchas tribus que se lo disputan. El gobierno central de Libia no controla plenamente la capital, Trípoli, ni su aeropuerto. Bandas armadas rondan por doquier y grupos extremistas afiliados formal o informalmente con Al Qaeda o con Estado Islámico se adueñan paulatinamente del territorio.

El caso sirio es aun más trágico. A diferencia de Libia, una confederación tribal que se mantenía unida por la mano de hierro y el despotismo de Gaddafi, Siria era una de las naciones más estables de Medio Oriente, un baluarte contra el fanatismo islámico que contagia a la región. El gobierno en manos de un dictador, tímido heredero al principio de un padre mucho más guerrero y brutal que no obstante sentó las bases de un estado tolerante en lo religioso, con una clase media sólida y pujante, educada y, en el caso de la capital Damasco, cosmopolita.

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Los gobiernos pueden ser juzgados en abstracto y de hacerlo así el de la dinastía Assad sale muy mal calificado: cero democrático, con abusos a derechos humanos y limitaciones serias a las libertades sociales e individuales. Pero en el contexto de la región la evaluación podía salir muy diferente. En Siria la secta dominante, la alawita, de siempre minoritaria, aprendió a vivir en armonía con cristianos, judíos y con las distintas denominaciones musulmanas. Un Estado semi-laico garantizaba a las mujeres un lugar mucho más destacado que en prácticamente cualquiera de las naciones árabes, ciertamente más que en Arabia Saudita. Y, paradójicamente, tras haber sido el más acérrimo enemigo de Israel hasta los años 70, Siria se convirtió en su frontera más segura y estable...

Assad era lo más cercano a un déspota ilustrado, pero la obsesión estadounidense pudo más que cualquier razonamiento lógico y ordenado. Con su apoyo irreflexivo a los rebeldes, Washington sentó las bases para la catástrofe geopolítica y humanitaria que hoy vive la región.

Es en ese entorno que Rusia entra al conflicto. Su objetivo de corto plazo es evidente: salvar al régimen de Assad del colapso y darle herramientas militares y económicas para sostenerse. Su segunda meta, estratégicamente más relevante para el futuro de la región, es conformar y encabezar una coalición contra los grupos radicales islamistas que operan en Siria e Irak. Son muchos los interesados en el éxito de tal empresa, incluido por supuesto Irán. Y aunque no lo reconozcan, o no se den cuenta, la misma Arabia Saudita, los Emiratos del Golfo, Jordania, Turquía y las naciones del norte de África tienen mucho que ganar si el plan ruso funciona.

Hasta los “perdedores” como EU y sus aliados saldrían ganando, así fuera a costa de un aumento significativo de la influencia regional, y global, de Rusia. Lo que no les entra en la cabeza es que con Rusia, con Irán y hasta con Assad se puede dialogar y negociar. Con los bárbaros de EI no hay conversación posible.

Analista político y comunicador

Twitter: @gabrielguerrac