La primera gira internacional del Presidente Donald Trump abre una nueva era para la política exterior de Estados Unidos lo mismo en Medio Oriente que con la Unión Europea y la OTAN. Trump, quiebra tradiciones políticas, descompone alianzas, establece nuevos vínculos como lo muestra su primera gira internacional. Poco sorprendieron los cambios si se consideran sus discursos de campaña y su accionar político: la OTAN es un tratado obsoleto había dicho, aunque como Presidente corrigió con un tono altanero y sin explicación, de que ya no es obsoleto. En una posición antieuropea, todavía en campaña, Trump viajó precipitadamente a Gran Bretaña felicitándose por el triunfo del Brexit que llevó a abandonar la UE. Durante las campañas en Francia, aunque menos abiertamente, evidente su apoyo a Marine Le Pen como candidata del partido de extrema derecha, del anti-europeista Frente Nacional.

Las imágenes y el lenguaje corporal de Trump durante su primera gira, fueron elocuentes, durante su estancia en Arabia Saudita orgulloso caminaba por la alfombra roja al bajar del avión, siempre sonriente incluso bailó la danza de los sables, todo fueron halagos hacia el socio de Estados Unidos, mientras confrontaba y acusaba a Irán de aliarse con terroristas, de su programa nuclear (sin importar que exista un tratado firmado por Estados Unidos), considerando a Irán un enemigo como lo hace Arabia Saudita, (sin importar que en las urnas los iraníes refrendaran su posición moderada en las elecciones). Orgulloso y sonriente Trump anunció multimillonarias ventas de armas a Arabia Saudita para combatir a los “enemigos”, y porque según dijo ese había sido un gran negocio que permitiría crear “millones” de empleos en Estados Unidos. Aunque “más armas” es lo menos que necesita Medio Oriente y los países del Golfo Pérsico. Olvida que de Arabia Saudita salió Osama Bin Laden y es el origen de no pocos combatientes de ISIS. Atizar todos los fuegos en los discursos y con las armas es la política de Trump, pretendiendo alianzas para derrotar a ISIS. Pero también contra Irán y lo que es peor con los sunitas en contra de los chiitas ¿sabe en qué mete a Estados Unidos? En Arabia Saudita, políticas comunes, el respeto de Trump a otro autócrata, el Rey Salman.

Otras imágenes a recordar son las risas y las expresiones de acuerdo y cercanía de Trump cuando en Washington se entrevistó con el Secretario de Estado, Sergei Lavrov, y el Embajador de Rusia, o cuando se negó a dar la mano en un saludo a la Canciller alemana Angela Merkel. En Europa se vió siempre incómodo en Bruselas y en la OTAN, parco y malencarado, empujó al Primer Ministro de Montenegro para pasar al primera línea de las fotos con una expresión facial dura, molesto. Hay que ver el apretón de manos y su mala-cara en reunión con el Presidente de Francia, Emmanuel Macron. Se le vió incómodo de manera generalizada en Bruselas y en las instalaciones de la OTAN. Para quien los quiera ver ahí están los videos. Se filtraron comentarios de su poco o nulo diálogo respecto a los temas políticos de fondo.

La relación de Estados Unidos con la OTAN dio un giro de 180 grados después de la estabilidad y compromiso que mantuvieron todos los Presidentes a lo largo de 70 años. Poco se esperaba del discurso de Trump en la minicumbre, pero fue más burdo de lo esperado, destacó el regaño a los países de la Alianza Atlántica por no estar cumpliendo con su compromiso aportar 2 por ciento de su PIB a la defensa militar, habló incluso de los pagos pendientes durante años. ¡Vaya contraste! En Arabia Saudita había dicho “no estamos aquí para dar lecciones (sobre derechos humanos).” En la OTAN si pronunció un discurso agresivo para dar lecciones de cumplir con los pagos a los países integrantes del Tratado.

Trump no refrendó explícitamente el compromiso de Estados Unidos con la OTAN que establece en el Artículo 5 de su Tratado fundacional que el ataque a cualquier país de la Alianza sería considerado un ataque a todos y así se respondería. Trump simplemente se limitó a decir que “nunca olvidaremos a los amigos que estuvieron a nuestro lado el 11 de septiembre”. Más aún, la única ocasión (en 7 decenios) en que la OTAN invocó el Artículo 5 fue para defender a Estados Unidos después de los ataques del 11 de septiembre de 2001; más de 1,000 soldados no estadounidenses de países de la OTAN murieron en Afganistán en nombre de ese Artículo. Trump se limitó a decir que “nunca olvidaremos a los amigos que estuvieron a nuestro lado el 11 de septiembre.” El vocero, de la Casa Blanca, Sean Spencer al que nadie le cree después de todas pifias y ataques a la prensa que ha cometido dijo que había un “compromiso de 100% con el Artículo 5”, lo mismo dijo el Secretario de Estado. Pero no lo dijo Trump, el Presidente que había afirmado que la OTAN es obsoleta. ¿Incapaz de rectificar? No se compromete, y así abandona en los hechos el liderazgo de la OTAN.

Magros resultados de la reunión de Donald Tusk, el Presidente del Consejo Europeo que agrupa a 28 países con Trump, no hubo coincidencia en las políticas frente a Rusia, tema central para la UE y la OTAN. Tampoco posiciones comunes en cuanto al cambio climático y al comercio. Los líderes europeos trataron de persuadir a Trump de no retirar a Estados Unidos de los Acuerdos de París firmados por 195 países, no fue posible. Trump ha cuestionado a la Unión Europea, apoyó al Brexit en Gran Bretaña que llevó al abandono de la UE, y apoyó en la pasada elección presidencial a los que en Francia están en contra de la UE como Marine Le Pen, dirigente del ultraderechista Frente Nacional. Donde sí hubo coincidencia es en el combate al terrorismo. Giro de 180 grados de Estados Unidos, magros resultados.

Periodista y analista internacional

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