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Al escribir este artículo, amanecía el sábado 15 en Pyongyang. Las tensiones y amenazas entre Corea del Norte y Estados Unidos llegaron a su nivel más alto, mientras Kim Jong Un preparaba la celebración de los 105 años de Kim Il Sung fundador de Corea y el posible lanzamiento de una sexta prueba de misiles. Estados Unidos había advertido que no aceptaría el nuevo ensayo. El sábado anterior envió una flota encabezada por el portaviones Carl Vinson, escoltada por tres navíos lanza-misiles y capacidad nuclear al mar de la Península de Corea, posteriormente informó que la “armada” incluía también submarinos con capacidad nuclear. No se trataría sólo de una maniobra de disuasión que no llegaría a más, están al borde de una guerra, entre dos países con capacidades nucleares diferentes pero ambos con un arsenal nuclear.
Dos antecedentes, a tener en cuenta. Seguramente Kim Jong-un puso sus barbas a remojar cuando el jueves 6 Trump ordenó el bombardeo de una base militar en Siria tras el ataque perpetrado contra opositores y civiles con armas químicas, mismo que dio a conocer, cuando 59 bombas eran lanzadas, durante la cena con el Presidente de China Xi Jinping a quien solicitó su apoyo para que Corea del Norte dejará su programa de armas nucleares.
El jueves siguiente, Estados Unidos lanzó la bomba más potente jamás detonada, llamada “madre de todas las bombas” en Afganistán, donde Estados Unidos libra la guerra más larga de su historia, para destruir cuevas y túneles del Estado Islámico. Probó una nueva arma que no se había utilizado jamás y que aunque tiene otra dimensión no deja de recordar, al ver la imagen del hongo tras la detonación, las bombas nucleares de Hiroshima y Nagazaki cuando la II Guerra Mundial había terminado. Ningún otro país desde entonces ha lanzado una bomba nuclear. El lanzamiento de la “madre de todas las bombas” y la detonación se mostró en prácticamente todos los portales de los diarios estadounidenses. Para que nos quede claro, el horro de la capacidad militar de Estados Unidos.
Sin duda, Corea del Norte y China, tomaron nota de ambos bombardeos, imprevisibles hasta poco antes de realizarse. Trump ya probó las mieles de los bombardeos, no informó con antelación al Congreso, ni tampoco ha informado a la nación sobre la estrategia, los objetivos, los alcances de estas dos acciones militares, sólo los tweets, entrevistas y dos conferencias de prensa con generalidades y sin definir estrategias. La diplomacia y la guerra del tweet.
La volatilidad de la tensa situación se acrecienta con dos jefes de estado igualmente imprevisibles. Trump advirtió el jueves horas que Estados Unidos se ocupará del problema norcoreano con o sin China, ha repetido incansablemente desde su elección que utilizaría “todas las opciones” para evitar que el régimen norcoreano se dote de misiles intercontinentales capaces de exponer a Estados Unidos a un ataque nuclear. Se habló también de un ataque preventivo.
China advirtió el viernes que negros nubarrones amenazaban tormenta al tiempo que pedía a los dos países evitar confrontaciones verbales, y amenazas, sabiendo que Kim Jong Un y Donald Trump son rápidos, espontáneos e imprevisibles en sus reacciones y que éstas se ubican ahora en el terreno nuclear.
Corea del Norte se siente amenazado por la flota estadounidense, pero advierte que está preparado para responder. Estaría preparando un sexto ensayo de lanzamiento de misiles, mientras Estados Unidos ha advertido que podría utilizar un ataque preventivo.
Lo de Corea del Norte es una amenaza a tener en cuenta por el mundo entero porque involucra a dos países con armas nucleares, Estados Unidos es el país con el mayor arsenal nuclear y Kim Jong-un ha desarrollado un arsenal nuclear, de mucho menores dimensiones pero con el conocimiento del mundo entero desde antes de la guerra contra Irak y aún siendo firmante del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. ¿Cómo actuarán Trump y Kim Jong Un? Imprevisible por el carácter explosivo de ambos, pero de muy serias consecuencias.
Una conflagración armada entre Corea del Norte y Estados Unidos tendría un impacto regional y mundial de consecuencias difíciles de imaginar pero inmediatas, para Corea del Sur aliado de Estados Unidos y las bases militares norteamericanas en ese país que dice Kim Jong-un desaparecerían en minutos. Otra víctima sería China el país vecino más cercano y aliado de Corea del Norte hacia donde habría un éxodo desde la península, así como consecuencias múltiples en la región. China, a través del ministro del exterior, Wang Yi urgió a los dos países a deja r de utilizar provocaciones múltiples y amenazas porque las palabras y los hechos pueden crear una situación fuera de control. “Nada puede ser mas tonto que Estados Unidos piense que puede tratarnos de la manera como trató a Irak y Libia, víctimas miserables o a Siria, que no respondió al ataque de manera inmediata.” A no dudarlo, Corea del Norte responderá.
Por su parte el Primer Ministro de Japón Shinzo Abe, expresó su preocupación de que Norcorea pueda disparar misiles equipados con gas sarín. Rusia también vecino de Corea del Norte llamó a detener toda acción que pueda conducir a provocaciones.
La Secretaría de Defensa de Estados Unidos dijo que “no especularía públicamente sobre posibles escenarios.” Ligero y mal calculado lo que acontecería con un conflicto armado y la posible utilización de armas nucleares. No importa quien sea el primero en disparar, las consecuencias pueden ser enormes. Trump y Kim Jong-Un nos pueden hacer ver las llamas del infierno con otra catástrofe nuclear. A no olvidar. China es también un país con armas nucleares.
Periodista y analista internacional