Por primera vez en décadas ninguno de los dos candidatos que obtuvieron el primer y segundo lugar en la primera vuelta de la elección presidencial en Francia pertenece a los partidos de izquierda o derecha que dominaron la vida política del país durante décadas, la línea divisoria se borró. Triunfaron Emmanuel Macron, a la cabeza del movimiento político “En Marcha” y que no pertenece a ningún partido, con una política centroliberal parecida a la de los demócratas en Estados Unidos obtuvo 23.7% de la votación, seguido por Marine Le Pen del partido Frente Nacional, de la derecha más extrema, con 21.8%, según resultados prelimares. Será el miércoles 26 cuando se den a conocer las cifras oficiales. La afluencia a las urnas fue amplia: 77.3%.

Los lemas de los dos candidatos triunfadores describen su política. Macron: “Francia debe ser oportunidad para todos”. Le Pen: “Volver a poner a Francia en orden”.

Ahora inician las alianzas entre candidatos y formaciones políticas para la segunda vuelta. Ya declararon su apoyo a Macron: François: Fillon, candidato republicano con 20% de votos, y el candidato de izquierda socialista Benoit Hamon, con 6.3%; pendiente Jean-LucMelenchon, con 19.2%.

Llama la atención que el candidato puntero, Macron, nunca antes había participado en una elección y que Marine Le Pen lo había hecho sólo en una contienda europea o local. Las previsiones de las encuestas electorales fueron acertadas.

La segunda vuelta tendrá lugar el 7 de mayo, cuando contenderán nuevamente Macron y Le Pen. Es previsible en Francia una alianza entre corrientes republicanas y socialistas que reafirme en la segunda vuelta su rechazo a las políticas que promueve Le Pen, discriminatorias, antieuropeas, proteccionistas, aislacionistas, en contra del euro y de la Unión Europea, de una participación destacada en la OTAN y de cercanía a la Rusia de Putin. En resumen, un rechazo a políticas que llevaron al triunfo del Brexit en Gran Bretaña o de Donald Trump en Estados Unidos.

Europa entera mira los resultados de las elecciones en Francia, uno de los principales países europeístas desde los años cincuenta del siglo pasado en que se dieron los primeros pasos de comunidad europea. Macron propone una renovación del proyecto europeo con convenciones democráticas, crear un presupuesto para la zona euro y un puesto de ministro de la Economía y las finanzas de la zona euro.

No es una cuestión menor que en Francia se borre la división tradicional izquierda-derecha, si se considera que ésta ha acompañado la vida política del país desde 1789, cuando se integró la primera Asamblea Nacional. Mas recientemente, la división ha estado presente a partir de la V República posterior a la II Guerra Mundial, bajo el liderazgo del general Charles De Gaulle. Lo acontecido es algo que se veía venir, desde definición de la candidatura de los 11 candidatos que participaron en la elección presidencial. Es el resultado de la crisis en que se han visto envueltos los partidos Socialista y Republicano en los últimos años y de las diferencias internas en ambos que ha conducido a rupturas y enfrentamientos. Habría que recordar la presidencia de Francois Mitterrand, durante la cual se inauguró aquello que se llamó cohabitación, cuando el presidente Socialista designó al primer ministro Jacques Chirac del partido Republicano, aquel episodio político no borró la línea entre izquierda y derecha, sino que condujo a mejores entendimientos entre ambas corrientes políticas.

***Foto: CAROLINE BLUMBERG. EFE

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