Villanos no tan villanos
Título: La derecha mexicana.
Autor: Hugo Vargas.
Editorial: Ediciones E y C.

Elemento indispensable en la política mexicana desde 1939, pero con antecedentes desde el siglo XIX, la derecha es analizada con rigor, pero no sin simpatía, por Hugo Vargas, escritor, editor y ajedrecista; justo en sus juicios, incisivo en sus observaciones, sobre todo cuando entrevista a varios de los protagonistas, que contestan con firmeza.

Vargas se concentra en el Partido Acción Nacional, pero no desde el lugar común de ser un partido más molesto que ambicioso, una piedra en el zapato cardenista, y en la honestidad de Manuel Gómez Morin (apellido casi siempre mal escrito); sin ser irrespetuoso, lo pinta con otras características, y da más relieve del acostumbrado a González Luna, González Morfín, y es mucho más crítico con Conchello, Christlieb Ibarrola (no siempre aciertan a escribir correctamente el primer apellido), y es menos condescendiente con Clouthier; en general, no acepta la visión romántica del PAN antes de que llegaran los neopanistas.

Las observaciones, además, resaltan características que, aunque obvias, las hacen a un lado, por ejemplo la simpatía de los empresarios, la cercanía, no siempre tersa, con las autoridades eclesiásticas, y pone de relieve que muchos dirigentes panistas no siempre estuvieron de acuerdo con los grupos de choque de los años 40 a 70.

Hace también un análisis de cómo y por qué llega el PAN al poder, y desmiente varios mitos acerca del voto útil; así, parece claro que en ese partido hay las mismas divergencias, conflictos y choque de intereses que en los llamados partidos de izquierda que, en la visión de Vargas, a veces son más conservadores y hasta reaccionarios que los panistas (lo que, en el pasado, se decía del conservadurismo de Juárez y lo progresista de Miramón); al final, el análisis puede molestar a miembros y partidarios de casi todos los partidos.

Escrito con agilidad, soltura y picardía, hace que veamos con otros ojos a los protagonistas y las asociaciones y partidos; no es posible, ante estas páginas, el maniqueísmo; obliga a pensar diferente, y a escuchar lo que, fuera de este contexto, parecen actitudes empedernidas. Los villanos no lo son tanto; la segunda parte es muy divertida, pero obliga a reflexionar. También en lo editorial parece editado por dos equipos diferentes: la segunda está mejor corregida y más cuidada, la primera es más vital; en ambas, el autor pone en jaque al lector y no le concede el empate.

El santo
Autor: César Aira.
Editorial: Literatura Random House.

Un santo sin méritos, por azar se salva de ser asesinado, se convierte en esclavo inútil con pérdidas para su amo, y gracias a ello se hace amante de una reina tan sola y ansiosa como las de esta época; anécdotas inverosímiles, situaciones que permiten la crítica al mundo antiguo que se han perpetuado, lo mismo que a la religión; demasiados elementos en pocas páginas, pero febriles, febriles como todas las de Aira.

¡Despierta ya!
Autor: Jaime Velasco Estrada.
Editorial: Siglo XXI / UNAM / El Colegio de Sinaloa.

El mayor mérito de estos relatos es la actitud desprejuiciada no sólo de los personajes, sino del autor, que los pone en situaciones extremas, casi siempre sórdidas, en que son víctimas de abusos, vejaciones y violencia, en locaciones cotidianas (el último metro, el cine, sanitarios, departamento del novio cornudo); no se permite la excitación, tampoco el azoro; asombra la lista de autores citados como cómplices.

Will Grayson, Will Grayson
Autor: John Green / David Levithan.
Editorial: Nube de Tinta.

Will Grayson es un joven reservado que sólo quiere terminar la escuela; Tiny Cooper, su mejor amigo, está dispuesto a involucrarse en todo, llevándoselo con él; cerca de ellos se encuentra otro Will Grayson, que empieza a aceptar su homosexualidad; al conocer a su homónimo y sobre todo a Tiny, experimentarán momentos inolvidables. Con dos estilos muy diferentes, los autores hacen una entrañable historia.

El quehacer del director
Autor: Carlos Ruiz González.
Editorial: Océano.

Aunque etimológicamente el director es quien dirige, en el mundo de las empresas (y del futbol) adquiere otros significados, como planeador, estratega, negociador, confidente, apapachador pero también severo guardián de intereses de los jefes; un libro de autoayuda, mejor escrito que la mayoría del género, a ratos conmovedor; las minibiografías de directores famosos son buenas, pero no estimulan a imitarlos.

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