La discriminación se puede dar de distintas maneras: por el color de piel, por género, por la condición social, etcétera. En Estados Unidos ha prevalecido en los últimos años la discriminación por el origen de las personas afectando principalmente a connacionales que abandonaron México en busca de mejores condiciones de vida.

En este momento, en Texas, autoridades de al menos tres condados están negando la entrega de actas de nacimiento a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos con el argumento de que sus padres no cuentan con una identificación oficial “válida”. Aunque autoridades texanas aseguran que la medida no tiene que ver con el derecho de los niños a la ciudadanía estadounidense, sino con la validez del documento de identificación, vale la pena preguntar si este requisito se trata en realidad de un tipo de discriminación disfrazada.

Sin el documento, los menores quedan en una condición de limbo jurídico por carecer de un papel que acredite su identidad, llegan a perder acceso a servicios médicos a los que tienen derecho por ser ciudadanos estadounidenses y se enfrentan al riesgo de no ser aceptados en escuelas por no tener acta de nacimiento. Aún más: en caso de que sus padres, sin documentos de residencia, sean detenidos ¿cómo comprobarán que el menor es efectivamente su hijo? La medida escudada en un trámite burocrático está poniendo en riesgo, en principio, a cientos de menores. De acuerdo con estimaciones oficiales, en Estados Unidos hay entre 5.5 y 6 millones de niños estadounidenses que son hijos de inmigrantes indocumentados.

Aunque en el pasado se han dado intentos por anular el derecho plasmado en la Constitución estadounidense, que otorga la ciudadanía a cualquier persona nacida en su territorio sin importar el estatus migratorio de los padres, todos los casos han fracasado.

Lamentablemente, una situación similar están viviendo inmigrantes centroamericanos en Chiapas. Ayer familias de origen centroamericano denunciaron que sus hijos nacidos en suelo mexicano son discriminados por directivos de planteles educativos que les niegan la inscripción en las escuelas por carecer de documentos.

La cancillería mexicana tomó acciones en apoyo a los mexicanos afectados en Texas, el gobierno debe ahora voltear a ver lo que ocurre en nuestra frontera sur.

Ante decisiones como las que se dan en Texas y Chiapas los principales afectados son los menores: quedan en condiciones de indefensión y sus familias con el miedo de no probar que son sus hijos. Para ellos el derecho a ser tratado de igual manera ya no es el mismo desde su nacimiento.

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