Nadie puede jugar con la salud o con la vida de las personas. Si está en nuestras manos la protección de estos altos valores, debemos tomar las medidas que sean necesarias a pesar de que estas carezcan de popularidad o de la aceptación general. He leído y releído, a manera de crítica única, que el endurecimiento del programa Hoy No Circula no es la solución al problema de la contaminación en la Ciudad de México. Que el programa debe venir acompañado de otras medidas: más y mejor transporte público, acceso a combustibles más limpios, optar por soluciones alternas a los vehículos automotores, sancionar vehículos de carga que sean contaminantes, entre muchas otras. Los comentarios tienen algo de razón, sin embargo, no descalifican el endurecimiento del programa ni el programa en sí mismo. El reclamo dice que el Hoy No Circula debe ser acompañado de otras medidas, mas no desaparecer, ni ser sustituido.

El jefe de Gobierno, como autoridad de esta ciudad, ha tomado todas las medidas y perspectivas necesarias para proteger esos dos valores que los ciudadanos consideramos como altamente valiosos. Con la vida y con la salud no se juega, y Miguel Mancera lo sabe. En los últimos meses los niveles de contaminación en la Ciudad han sido tan altos que ponen en riesgo nuestra salud y la vida de algunos. Es responsabilidad nuestra y no de una sola persona o de un partido político o de una institución pública en particular, tomar las medidas necesarias. Es responsabilidad de todos; de todos los ciudadanos. De todos los que usamos coche cuando podemos caminar. De todos los que tiramos basura. De todos los que no damos mantenimiento a nuestros automóviles. De todos los que sólo pensamos en “mí” y no en “nosotros”.

Lo cierto es que como el Hoy No Circula es un programa que afecta a un gran número de personas en la Ciudad, es el más criticado. El jefe de Gobierno está consciente de ello, como también lo está de que no es la única medida que debe ser implementada para asegurar un medio ambiente sano. Y por ello, seguramente, hay otras medidas que están acompañando al No Circula; medidas que no criticamos o no alabamos porque no alcanzamos a ver, y no las alcanzamos a ver porque no nos afectan de manera particular. Pero ya es hora de que todos, desde nuestra más profunda individualidad, seamos lo suficientemente responsables y solidarios como para contribuir a la mejora de nuestra Ciudad. Tenemos la obligación de dejar de pensar en nosotros mismos y comenzar a pensar en todos. No debe ser cuestión de la molestia que me genera a “mí”, sino de abatir el riesgo que corremos “nosotros”.

Cuando se trata de medidas que protegen valores como la vida y la salud de todos, no podemos pensar en términos individuales. Como en una pandemia, las medidas para proteger la salud de los ciudadanos molestarían algunas libertades individuales, pero son medidas necesarias que garantizarían su ejercicio en el futuro: sin vida y sin salud, no puede haber libertad que valga. Si realmente queremos ser libres, tenemos que aprender a ejercerlas con responsabilidad y a limitarlas autónomamente cuando es necesario en pro de todos. La libertad, cualquiera de ellas, sólo es ejercible cuando es compatible con la de los demás. En este caso, el derecho a la salud pública es el valor a proteger. Pensemos en ello.

Presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México

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