En los últimos meses ha reiniciado, por enésima vez, el debate sobre el consumo de la marihuana. Esto sale a relucir en los medios de comunicación con el objetivo de desviar la atención de otros temas relevantes sobre la vida pública del país. Y digo que es para desviar la atención, porque en realidad el tema es mucho más simple. No es necesario un debate nacional para concluir que no debería penalizarse a quien, por decisión propia, decide consumirla con fines médicos o recreativos. Esta es, al final del día, una decisión que corresponde a cada individuo.

Entre 2007 y 2009 fui secretario técnico del Consejo contra las adicciones del Distrito Federal, y desde ese entonces nos quedaba de manera muy clara que la solución al problema es una decisión política. Por ejemplo, en el caso de la Ciudad de México, sería suficiente una instrucción del jefe de Gobierno a la Secretaría de Seguridad Pública de que no sea remitida ninguna persona por posesión de cantidades menores. Estamos convencidos de que es así como podría resolverse el asunto, sin la necesidad de debates, foros y tanta discusión.

Hemos sido testigos de como el país, en los últimos años, se ha desgastado terriblemente con la inseguridad y la corrupción y, sobre todo, por el infructuoso combate a las drogas. Se ha comprobado en varias partes del mundo que cuando estos temas se liberalizan y se descriminalizan baja la violencia social y eso es lo que nosotros pensamos que debería suceder.

Miles de jóvenes se encuentran en las cárceles por delitos contra la salud, por posesión de cantidades mínimas de marihuana u otras drogas. Según datos de la PGR, entre diciembre de 2006 y noviembre de 2013, fueron capturadas seis mil 152 personas menores de 18 años. Esto simplemente no puede ser. Además esa no es la forma de resolver el problema de las adicciones. Antes que criminalizar es mucho más importante buscar la prevención. Fomentar el deporte, la cultura y el empleo. Es ahí en donde debemos poner el esfuerzo. Y en lugar de que se destinen millones de pesos al año al combate al narco, mejor que esos recursos se inviertan en educar e informar a los jóvenes sobre lo que es su cuerpo y su vida, tal como insistíamos en el Consejo contra las adicciones del DF.

Como se discutía en el Consejo, las adicciones son, en cierta medida, consecuencia de la falta de certidumbre en el futuro y de la falta de oportunidades. Son jóvenes que quieren escapar de la realidad que les ha sido impuesta ­sin importar el tipo de droga que usen. Porque un joven que tiene esperanza, que tiene una vida sana, con una buena relación con sus padres y es guiado por sus maestros, es un joven que aunque consuma no necesariamente caería en una adicción. Los jóvenes que caen en la adicción son jóvenes que, en algunos casos, se están refugiando de situaciones problemáticas que los sobrepasan.

Por eso en Morena insistimos en invertir en la promoción de las artes, la cultura y en educación; por esto nuestra propuesta de crear cinco universidades en las delegaciones que gobernamos, para que ningún joven que así lo deseara se quede sin estudiar. Así mismo, asegurarnos que los centros deportivos sean públicos, y no se privaticen, para que todos los jóvenes tengan acceso a una vida sana. En fin, que el presupuesto se gaste mejor y en beneficio de un grupo social tan fundamental para el desarrollo del país.

Líder de la bancada de Morena en la ALDF

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