En la Cámara de Diputados se analiza y estudia una propuesta legislativa, que ya fue aprobada en el Senado de la República, conocida como Modelo Policiaco de Mando Mixto que, a decir de los especialistas, presenta al menos tres grandes problemas que engendran, cada uno, una serie de complicaciones, por lo que, junto con nuestros compañeros senadores del PRI, así como en diálogo colaborativo con el Ejecutivo federal, tenemos presente que el mando mixto es inviable.

El primer problema radica en que se trata de un esquema inestable de función policial; como está planteado, el mando mixto generaría inestabilidad operativa, ya que mientras algunos municipios y entidades federativas podrían ganar, otras perder y unas más recuperar responsabilidades de la función policial, a partir de los resultados que cada una alcanzara en evaluaciones recurrentes, ese proceso traería consigo una confusa “ida y vuelta” de recursos materiales y financieros, entre órdenes de gobierno, cada vez que una corporación gane o pierda la certificación, volviendo imposible la operación policial y la planeación de mediano y largo plazos. Consecuentemente, impediría la continuidad de la política de seguridad.

Una segunda complicación radica en que entidades federativas y/o municipios podrían renunciar o delegar las funciones de seguridad al orden inmediato superior de gobierno, lo que evidentemente generaría un incentivo perverso para que diversas autoridades se desentiendan de una responsabilidad central del Estado. Con tal apertura, la Federación terminaría por asumir las tareas de seguridad pública en buena parte de todos los estados y municipios del país, para lo cual, evidentemente, no existe capacidad institucional suficiente.

Un tercer problema radica en la sobrecarga política y de gestión que podría recaer en la Federación. La minuta proveniente del Senado, contempla que todos los diagnósticos, evaluaciones y certificaciones, para estados y municipios, los realice la Federación a través del Secretariado Ejecutivo, bajo este esquema, el gobierno federal asumiría la totalidad de las responsabilidades políticas y de gestión, y quedarían fuera las entidades federativas, lo cual es inadecuado, tratándose de un proceso que directamente afectaría la seguridad pública de su territorio.

Como se observa, la propuesta que se comenta resulta inviable, sobre todo si se compara con la iniciativa que presentó, el 1 de diciembre de 2014, el presidente Enrique Peña Nieto, en la que justificó la necesidad de impulsar el Mando Único Policial Estatal, con el propósito de atender la situación de seguridad en algunas entidades federativas, al concentrar las funciones policiales en los órdenes de gobierno federal y estatal, a partir de criterios objetivos y claros, que permitan facilitar las condiciones de mando, así como de focalización de tareas de seguridad en determinados territorios, para asegurar la eficacia de la fuerza pública.

Aunado a lo anterior, los diputados del PRI consideramos indispensable tomar medidas para procurar la dignificación de la vida del policía y la de sus familias, incluyendo el impulso a la revaloración social de la función policial en la comunidad; la profesionalización de los elementos policiacos en todos los aspectos, comenzando en los de civilidad y ética en el servicio, que les permitan desempeñarse con patriotismo, e incluyendo los de carácter físico atlético, de uso de armamento de poder y de habilidad en el desarrollo de técnicas de intervención e investigación, que no sólo les ayuden a realizar mejor las tareas más peligrosas y delicadas que enfrentan, sino que les facilite salvaguardar la propia vida y proteger mejor a la comunidad, en cualquier condición y escenario.

Como se advierte, el Mando Mixto es inviable. Los diputados del PRI legislamos con visión integral, de largo plazo y profundo sentido de responsabilidad y así lo estamos haciendo también en tan importante asunto.

Coordinador de los diputados del PRI.
@ CCQ_PRI

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