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El 6 de marzo, el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) definió el tope de gastos para las campañas al cargo de gobernador. Los 285.6 millones de pesos anunciados llamaron poderosamente la atención de diversos medios. Se trata del tope de gastos de campaña para cualquier elección de cualquier cargo, con excepción de la Presidencia de la República. Los candidatos al gobierno del Estado de México podrán gastar hasta 64 veces lo permitido en Quintana Roo y 34.8 veces lo permitido en Tlaxcala en campañas por el mismo cargo. El monto recibió el calificativo de “desmedido” e “histórico” de parte de comentaristas. Sin embargo, si se toma en cuenta el tamaño del padrón del Estado de México su tope de gasto de campañas resulta mucho más “normal” de lo que parece.
Las reglas para definir los topes de gasto de campaña para las elecciones de gobernador se establecen en las legislaciones electorales estatales. Aunque comparten algunos elementos comunes, cada estado tiene sus propias reglas. En el caso del Estado de México, el IEEM aplicó lo dispuesto en el artículo 264 de su código electoral que establece que el tope de gastos de campaña para gobernador corresponde al resultado de multiplicar 34 por ciento del salario mínimo general en Toluca por el número de ciudadanos inscritos en el padrón electoral en el estado, con corte al mes previo al inicio del proceso electoral.
Después de la reforma constitucional de enero de 2016 el salario mínimo se debe sustituir en este tipo de cálculos por las nuevas Unidades de Medidas y Actualización, mejor conocidas como UMAS. Hoy en día una UMA equivale a 75.49 pesos. Al multiplicar el 34 por ciento de esta cantidad (25.67 pesos) por los 11.1 millones de ciudadanos del padrón del Estado de México se obtienen los 285.6 millones pesos que determinó el IEEM. El resultado es necesariamente “histórico” porque la población mayor de 18 años del Estado de México ha seguido creciendo. Hace seis años, en las pasadas elecciones de gobernador, el padrón de la entidad se componía de 10.6 millones de votantes.
Al dividir el tope de gastos de campaña entre el número de ciudadanos inscritos en el padrón, el Estado de México alcanza un tope relativo de 25.67 pesos por elector. La cifra está todavía por arriba de los estados con los topes relativos más bajos como Quintana Roo y Tlaxcala, en los que estos límites ascendieron a 4.09 y 9.26 pesos por votante, respectivamente. Sin embargo, la entidad mexiquense se encuentra por debajo de Tamaulipas y Durango, donde los topes de gasto de campaña por votante fueron 40.17 y 35.06 pesos por elector, respectivamente. De hecho, el Estado de México se encuentra cerca de estados como Oaxaca y Zacatecas, que tuvieron el año pasado topes de gasto de campaña por votante de 24.35 y 22.98 pesos, respectivamente.
Ante la variedad de fórmulas y cifras, queda la pregunta de si los topes deberían ser menores en relación al tamaño del padrón electoral. Una primera respuesta sería que sí, a fin de incentivar a los partidos a hacer un uso más racional de los recursos de campaña y cuidar la equidad de la contienda. Adicionalmente, parecería conveniente establecer una misma fórmula para calcular el tope de gasto de campañas para todas las elecciones de gobernador, lo cual requeriría un cambio sustantivo en la legislación electoral. Sin embargo, también debe reconocerse que nadie ha dado todavía con la fórmula mágica para proteger la equidad de la contienda y evitar el dispendio. Por ello, los cambios legales deben hacerse con prudencia, cuidando no imponer límites demasiado estrictos que restrinjan la libertad de acción en las campañas, pero al mismo tiempo evitando que se abuse del dinero en la búsqueda del voto.
Consejero electoral del INE