Pregunta: ¿Tienen límites la vulnerabilidad y la humillación? Pregunta: ¿Puede la descomposición social continuar ad nauseam? Dos preguntas a vuelapluma, dos preguntas dentro de una miríada como retrato de nuestro tiempo.

La reciente matanza de cinco policías blancos en Dallas por un joven negro, como venganza por el asesinato de dos muchachos negros por policías blancos, o como manifestación de odio racial, de uno y otro lado, aviva las incontables heridas abiertas en el mundo debido al odio de los hunos contra los hotros como bien escribió Miguel de Unamuno cuando fue acosado por el gobierno fascista de Franco. En una carta dirigida a un amigo, escribe, poco antes de morir (1936), “La barbarie es unánime. Es el régimen del terror por las dos partes. España está asustada de sí misma, horrorizada. Ha brotado la lepra católica y anticatólica. Aúllan y piden sangre los hunos y los hotros”. Los hunos y los hotros como sucede hoy en Estados Unidos.

Cuatro días atrás, el New York Times publicó un estudio efectuado tras el atentado en Dallas cuyo saldo fue cinco policías muertos y nueve heridos. Sobresalen tres conclusiones: setenta por ciento de los encuestados consideran que las relaciones interraciales son malas; noventa por ciento de los blancos y más de la mitad de los negros entrevistados dijeron no sorprenderse por los sucesos de Dallas; las discordias entre blancos y negros son las más altas desde 1992. El asesinato de los dos jóvenes negros y de los cinco policías, y las estadísticas, por razas, de asesinatos en la nación del rifle, me remiten a un viejo libro como referencia para comprender las nuevas cifras de muertos estadounidenses.

En un libro publicado en 1991, Alex Gitterman (editor), Handbook of Social Work Practice with Vulnerable Populations, Columbia University, Press, New York, 1991), al analizar la situación de las personas que viven en situación de pobreza, escribe acerca de la población negra, “Cuando se comparan con blancos, los negros tienen tasas mayores de todos los tipos de cáncer. Los hombres negros menores de 45 años tienen diez veces más la posibilidad de morir como consecuencia de hipertensión arterial y su frecuencia de cáncer pulmonar es cuarenta y cinco por ciento más alta cuando se comparan con hombres blancos. La mortalidad infantil en negros es el doble que en blancos. Más del veinticinco por ciento de la población con sida es negra a pesar de que sólo son el 13 por ciento de la población…” (las cifras continúan).

En lo que va de 2016, veinticinco años después, la distancia en Estados Unidos entre hunos y hotros aumenta. Y conforme aumenta, menores las posibilidades de aliviar las diferencias. De acuerdo al Washington Post, en 2016 han muerto 509 personas a manos de agentes policíacos de las cuales 123 eran afroamericanos, 79 latinos, 233 blancos y 23 de origen diverso. En 2015, 990 personas perdieron la vida a manos de la policía: 494 blancos (581 según otro estudio), 266 negros (306 según otras fuentes), 192 latinos, 38 desconocidos. Otros datos, provenientes de otros estudios, elevan, en 2016, la cifra de negros asesinados a 136 en uno de los análisis y a 155 en el segundo reporte, sobre un total de 596.

La descomposición racial en Estados Unidos basada, inter alia, en factores que incrementan las distancias entre blancos y negros —diferencias culturales, económicas, escolares o de salud— alcanza el culmen en el terreno de las muertes por causas policiales. Si se toma en cuenta que los negros son el 12% de la población, llaman la atención, y explican la descomposición social, los siguientes factores: A) Hombres negros jóvenes tienen nueve posibilidades más de ser asesinados que blancos. B) En 2015, la mayoría, 306, de los 581 blancos abatidos por la policía estaban armados, mientras que sólo 139 de los 306 negros muertos portaban armas (líneas atrás señalé que las cifras varían entre un estudio y otro). C) La impunidad incrementa la descomposición social. No se han levantado cargos criminales en 97% de los casos en donde ha participado la policía.

La humillación y la vulnerabilidad tienen límite. Entre más tiempo transcurre y nada se soluciona, mayor el encono y la desesperanza. Lo narrado en el libro de Gitterman poco ha cambiado; la población negra sigue siendo el eslabón más bajo. Lo que sucede ahora en EU acontece en numerosos países por otros motivos. Humillar ad nauseam cobra. Cuando se sobrepasa todo puede suceder.

Notas insomnes. La descomposición social, si no se atienden sus causas, aumenta. Equivocarse y no corregir es grave.

Médico

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