Antonio Rosas-Landa

Millones más sin cuidados de salud

07/05/2017 |01:12
Redacción El Universal
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Chicago, Il.- Hay pocas cosas que son tan personales como el cuidado de la salud. Ver a un ser amado padecer una enfermedad deja un sentimiento de impotencia que sólo puede ser vencido con la esperanza de que el ser querido sea atendido medicamente y se recupere.

Es triste sufrir una enfermedad pero es aún más lamentable no tener los recursos para hacer frente a esta adversidad. Y es precisamente esa situación de desesperanza en la que decenas de millones de estadounidenses podrían verse si el Senado estadounidense apoya cambios radicales al acceso a los servicios de salud.

Hace unos días la Cámara de Representantes, en un voto apoyado sólo por los republicanos, aprobó cambios al llamado Obamacare con el argumento de ahorrar dinero en un sistema que se encamina hacia la insolvencia.

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Cierto, las cuentas tienen que cuadrar para que los engranes se muevan. No obstante, los cambios de los conservadores causarán que millones de personas pierdan su seguro médico, encarecerá de manera exponencial las pólizas médicas de los ancianos y de quienes ya sufren una enfermedad (condición preexistente). En vez de ayudar a los enfermos pobres, el Trumpcare los sacará del sistema.

Es verdad que el Obamacare tuvo una implementación desaseada y provocó que muchas compañías aseguradoras abandonaran mercados estatales dejando al consumidor con pocas opciones y costos altos. No obstante, la ley aún vigente pudo ser mejorada con cambios que promuevan apertura y competencia, reduciendo regulaciones, evitando fraudes y terminando con el monopolio de las farmacéuticas que operan en este país.

Pero los republicanos se enfocaron en cumplir la promesa electoral de destruir el sistema establecido en la administración anterior. Lo aprobado por los representantes da el poder a los estados para que opten por regular cómo las aseguradoras cobrarán a potenciales “clientes de alto riesgo” (personas de bajos ingresos y gente con historial de padecimientos), haciendo las pólizas medicas virtualmente inaccesibles a los más desprotegidos.

Según datos del Censo, 27 por ciento de los latinos no cuentan con cobertura médica debido a su bajo nivel socioeconómico. Estas cifras podrían empeorar si los republicanos del Senado se alinean con sus colegas de la Cámara baja.

Si bien entiendo y comparto que es necesario un manejo responsable de las finanzas, también es claro que los conservadores exhiben profundas contradicciones que rayan en hipocresía. Por ejemplo, si tanto les interesa propiciar una mejor sociedad, quizá deberían apoyar las regulaciones que promueven almuerzos saludables para los niños en las escuelas, cobrar impuestos a la comida chatarra o a las gaseosas que son claramente dañinas. Irónicamente, se oponen a esas iniciativas porque rechazan al “Estado Niñera” -que le dice a la gente lo que debe hacer.

Según su lógica la gente puede cometer las estupideces que desee para destruir su salud, pues el Gobierno protege ese derecho. Pero una vez que alguien se enferme y, peor, si es pobre, viejo o no educado, su única opción será pagar pólizas inaccesibles. De lo contrario, que no sean una carga y mueran pronto y en silencio.

En sus deliberaciones, no espero que los republicanos en el Senado sean responsables o compasivos. Quizá baste con que hagan un cálculo político de las consecuencias de sus actos. Sitios de internet como Dailykos ya identifican a 24 representantes republicanos que podrían perder sus curules por haber dejado a millones sin seguro médico.

Para cada paciente y sus familiares no hay nada más importante que recibir la asistencia que les ayude a recuperar la salud. Para ellos, este no es un debate sobre cifras o presupuestos sino la diferencia entre la vida y la muerte.

Periodista