¿Quién no ha notado que en un mismo día tenemos las cuatro estaciones? ¿Acaso no se observa que además de la concentración humana de varios municipios en metrópolis, también crece la bruma de dióxido de carbono y los IMECAS sobre estas ciudades? ¿Les parece normal granizo del tamaño de una pelota de béisbol? ¿Habrá alguien que no considere important e que aumenten las regiones sin agua dulce y potable o que las altas temperaturas hoy sean lo cotidiano donde antes era algo atípico? ¿A nadie le importa la desaparición de los osos polares?

Cinco años llevó la negociación del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, a partir de la realización en Cancún de la Conferencia de las Partes (COP) 16. El 12 de diciembre de 2015 se adopta lo que se considera como el Acuerdo del Planeta. Los datos espeluznantes de cómo hemos enfermado a la Tierra fundamentan la importancia trascendental universal de la aprobación y puesta en marcha de este Acuerdo que tiene como antecedente la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1992 y el Protocolo de Kyoto en 1997; además de los acuerdos impulsados desde la COP.

La responsabilidad la tienen principalmente con mayor relevancia los países desarrollados porque su desarrollo industrial precisamente da como resultado la emisión de gases de efecto invernadero. China ocupa el primer lugar en emisión de gases contaminantes, con 25% del total, es decir, 10 mil 975.5 megatoneladas (MT) de CO2e; le sigue EU con 6 mil 235.1 MT (14.4 %); la UE 4399 MT (10.16%); luego están India, Rusia, Japón, Brasil, Indonesia y México con 723.9 MT de CO2e, según la Plataforma CAIT Explorador de Datos Climáticos.

Trump anunció su retiro del Acuerdo de París. La connotación de no comprometerse incidirá en el deterioro ambiental universal; pero a Trump le importa un pepino que se caliente el globo terráqueo, no invertirá en investigación científica que contrarreste las emisiones de gases de efecto invernadero de su país; ni concretará los cambios que requiere asumir para evitar el ecocidio del planeta con todos nosotros adentro.

Líderes del mundo han reaccionado: “decisión seriamente errónea”, “lamentable”, “gran decepción”, “decisión fatal, rechaza al futuro”. La UNICEF, contundente, le dice: no hay un planeta B. Debemos actuar sobre el clima ya.

La comunidad internacional debe seguir firme en la atención urgente y prevención de los estragos de este fenómeno, debe evitar que el retiro de EU afecte la agenda 20/30 de los planes de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El Senado de la República aprobó el Acuerdo de París el 14 de septiembre de 2016 y entró en vigor tres días después. México es una economía en desarrollo y por desgracia también contribuye al deterioro del Planeta.

Los gobiernos requieren tomar medidas estructurales contra la emisión de gases de efecto invernadero y acciones contundentes para la protección de los recursos renovables. Urge que funcionen las instituciones de vigilancia y sanción que eviten la contaminación de ríos, la tala ilegal de bosques, la producción de bolsas de plástico, los estragos de las minas a cielo abierto, vigilar que megaproyectos respeten la Ley y a los pueblos donde se instalan. Necesitamos menos combustibles de origen fósil y más reciclaje de aguas grises, PET, etcétera.

Lo que está en juego es el poderío económico de una industrialización rapaz donde se enriquecen unos cuantos o la supervivencia de la especie humana como parte del macro ecosistema. Por desgracia Trump se decidió por lo primero, ante lo que debemos preguntar: ¿qué piensan las y los estadounidenses de su presidente irracional? Él dice que los Acuerdos de París son la catástrofe económica, el resto del mundo decimos que son la prevención del colapso de la Tierra.

Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado.

@angelicadelap

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