Así no se esperaba que terminara la campaña en Estados Unidos. Hillary Clinton tenía una ventaja fácil de 5 a 7 puntos arriba de Donald Trump, suficiente para vencerlo aún si aparecía un grupo inesperado de votantes pro-Trump en el último momento, algo que pasó en Reino Unido con el referéndum sobre Brexit.

Además, Clinton tenía una ventaja ligera en casi todos los estados clave que necesitaba para amasar una victoria holgada en el Colegio Electoral, y las elecciones de senadores parecían estar inclinándose notablemente hacia los demócratas.

Pero el viernes salió una noticia inesperada de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) está reabriendo su investigación sobre el uso que Clinton tuvo con correos electrónicos confidenciales durante su periodo como secretaria de Estado.

Parece que encontraron nuevos correos electrónicos sobre la computadora de otra persona bajo investigación por otro caso distinto, el esposo de una de sus asesores más cercanos. No se sabe si esta investigación llevará a algún resultado diferente del anterior, que no encontró nada ilegal, pero abre un nuevo tema en la campaña presidencial a pocos días de la elección y uno que no es nada favorable para Clinton.

Hay dos razones que este anuncio le pega a la puntera en la campaña presidencial. Para empezar, Clinton había logrado enfocar las notas periodísticas sobre Trump y su historia aparente de acoso contra mujeres. Esto fue el último tema grande en la campaña y todo parecía indicar que Clinton iba a navegar hacia la victoria sin ninguna otra nota de importancia en la campaña.

Este anuncio del FBI pone de nuevo la lupa en Clinton y sus criterios para tomar decisiones, y la pone a la defensiva, justo cuando tenía a Trump en la lona.

También le pega a Clinton en su punto más débil, que es la percepción de que ella y su esposo, el ex presidente Bill Clinton, no siempre se manejan dentro de las reglas. Si no manejó información clasificada del Departamento de Estado con el debido cuidado, abre dudas sobre su juicio y cuidado con información sensible, además de su compromiso con seguir las normas establecidas.

Escribí hace un par de días que esta elección se decidiría en tres ejes. El primero es el eje del deseo de cambio, en el que Trump lleva la delantera, y los otros dos son ejes sobre el carácter de los candidatos y de la nación, en los que Clinton lleva la delantera.

Este anuncio pega a Clinton precisamente en el tema de su carácter personal y abre dudas de nuevo para algunos votantes que nunca han estado convencidos de su honestidad.

Las encuestas parecen reflejar algunos impactos iniciales a este cambio de inercia, con la ventaja de Clinton bajando a 3 a 4 por ciento, y probablemente se vaya a ir estrechando más. A menos de que Clinton tenga algo más que pueda sacar de información sobre Trump y su carácter, es probable que los últimos días de la campaña se enfoquen más en Clinton, precisamente cuando ella no quería que esto pasara.

Pero hay también algunos signos de luz para Clinton. Parece que una quinta parte de los votantes ya han votado, según una encuesta de Bloomberg, ya que la mayoría de estados tienen opciones de voto antes del día de la elección, así que la elección está menos sujeta a vaivenes de último momento que lo habría sido hace unos años.

Además, si bien este anuncio pone la lupa sobre el carácter de Clinton de nuevo, casi todas las encuestas coinciden en que los electores tienen aún más dudas sobre la honestidad y la personalidad de Trump que de Clinton. Si bien son los dos candidatos mas impopulares en la historia reciente de las elecciones estadounidenses, Trump sigue, y probablemente seguirá, con una pequeña desventaja frente a Clinton en el tema de carácter personal.

Sospecho que Clinton llegará al día de la elección con una pequeña ventaja en las encuestas, pero sin el colchón que esperaba tener contra un voto escondido pro Trump ni con la capacidad de arrasar y ganar el Senado aún si gana. Esto abre de nuevo un escenario en el que Clinton puede ganar por poco con un Congreso mayoritariamente Republicano en su contra, o en que Trump sorprende a todos los observadores y gana la presidencia con base en sus promesas de cambiar la forma de hacer política en el país. Como diría Rubén Blades, sorpresas te da la vida...

Vicepresidente ejecutivo del Centro Woodrow Wilson

***En la foto: Hillary Clinton (ERIK S. LESSER. EFE)

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