Estar al lado de las mejores causas del país es una exigencia social de quienes tenemos una responsabilidad en el servicio público. Más aún cuando el eje de esas causas es la educación como un derecho fundamental y vía de acceso a la libertad, a la autonomía y a la posibilidad de un desarrollo basado en el esfuerzo personal.

En los albores del siglo XXI, más que nunca está a prueba la capacidad de los sistemas educativos para alcanzar los resultados que la sociedad demanda: vincularse realmente al sector productivo e insertarse en un entorno global y altamente competitivo.

Hace tres días el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) dio a conocer que en México actualmente hay 3.9 millones de estudiantes universitarios que invierten su tiempo y recursos en el único objetivo de aspirar a un mejor futuro.

El mismo estudio pregunta: ¿estudiar una carrera es una buena inversión?, ¿cuántos meses tomará recuperar la inversión en la universidad?

Hace unas semanas, conocí a Sandra, estudiante del noveno cuatrimestre de Enfermería en la Universidad Tecnológica del Sur del Estado de México. A sus 20 años, abandonará por primera vez el suelo mexicano para tomar un curso de Quiropráctica en la Universidad Central de Chile.

Es la primera de sus siete hermanos que subirá a un avión y lo hará a través de su esfuerzo porque obtuvo una beca por su promedio de 9.2, que sólo es un indicador de la convicción que la anima cada día: ser originaria del campo y sin los recursos suficientes, no puede ser un obstáculo para alcanzar su sueño de ser profesionista.

Visiblemente conmovida relata cómo ha visto cada día a sus papás esforzarse mucho para sacar adelante a su familia. Con la inversión de su tiempo y recursos, sacrificando seguramente alimentos y diversiones, y con la beca para estudiar en el extranjero, hoy Sandra abraza la esperanza de un mejor futuro para ella y su familia.

Jóvenes como Sandra son el vivo testimonio de que resulta indispensable el apoyo que los gobiernos puedan proveer a quienes así lo requieran, no sólo en el afán de frenar la deserción, sino de dar un verdadero impulso al cambio sustantivo que representa la educación en la promoción del desarrollo económico y social.

El Estado de México cuenta con un programa de becas en 15 diferentes modalidades. Una de ellas es la beca al extranjero a alumnos de excelencia académica que desde 2012 ha apoyado a mil 851 estudiantes, en quienes se han invertido 221 millones 200 mil pesos, y tan sólo este año se beneficiarán 593 alumnos mediante una inversión de 80 millones de pesos.

Los jóvenes han realizado estudios en instituciones de educación superior de España, Corea del Sur, Inglaterra, Irlanda, Estados Unidos, Canadá, Malasia, China, Perú, Costa Rica, Argentina, Colombia, Chile y Brasil; siendo la única entidad con este tipo de programa que atiende a jóvenes de licenciatura, ya que programas similares en otras entidades corresponden a posgrados.

La recién becaria Sandra pertenece a la comunidad El Jocoyol Cuentla, en el municipio de San Simón de Guerrero. Su hermana Margarita Angélica —madre soltera— también estudia y obtuvo una beca para un intercambio en Brasil, en noviembre próximo.

Existen millones de jóvenes que, como Sandra, no ven en su condición económica un obstáculo para salir adelante. Por el contrario, están conscientes que sólo elevando su nivel educativo podrán mejorar su calidad de vida, porque contar con estudios implica acceso a un empleo mejor pagado.

A partir del ciclo escolar que inicia el próximo lunes se incorporarán al programa mexiquense tres nuevas modalidades de becas. Se trata de demostrar con acciones que se está del lado de los jóvenes, sus mejores causas y sus legítimas aspiraciones de desarrollo tanto en lo personal como de la sociedad en su conjunto.

Secretaria de Educación Estado de México

@AnaLiliaHerrera

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