O mejor dicho: recuperemos la tranquilidad de caminar por las calles, de disfrutar los espacios públicos que en muchas de nuestras ciudades o son inseguros o simplemente inexistentes.

A decir de Enrique Peñalosa —por segunda vez alcalde de Bogotá, Colombia— cuando los centros comerciales se convierten en espacios públicos de convivencia, somos testigos de un claro síntoma de una ciudad enferma.

¿Será porque en nuestras banquetas se estacionan autos, porque los pasos peatonales solo sirven a quienes pueden subir escaleras, porque en muchos sitios la infraestructura de conectividad del transporte público simplemente ignora las necesidades de los peatones, porque los espacios públicos abandonados son lugar propicio para la delincuencia y no para el disfrute?

Ahora que nuevamente se encuentra en la mesa de discusión nacional el replanteamiento de un nuevo modelo policial vale la pena garantizar la coordinación entre los diferentes ámbitos de gobierno, para fortalecer políticas con una visión preventiva e integral que nos asegure el goce de derechos en las calles de nuestras ciudades.

Necesitamos y valoramos policías bien preparados y mejor pagados, pero reconozcamos que tanto el Estado como la sociedad, tenemos mucho que aportar para resolver, en lo cotidiano, las necesidades básicas de una familia.

Las madres trabajadoras, por ejemplo, celebramos anuncios como el que hizo el gobierno federal en voz del secretario de Educación, Aurelio Nuño, de incrementar una hora el horario de preescolar o de abrir las escuelas en verano para que los alumnos realicen actividades artísticas o deportivas.

El tema de la seguridad requiere una visión integral que recupere decidida y literalmente las calles. Contar con ciudades seguras significa también caminar sus espacios con la absoluta tranquilidad de que se pisa parejo y de que están iluminados adecuadamente, pues se ha comprobado que esta condición inhibe en gran medida los actos delictivos y evita accidentes.

En las estrategias tendientes a consolidar ciudades seguras, la recuperación de espacios públicos ocupa un lugar importante por lo que significa transformar áreas comunitarias en espacios de recreación y convivencia entre niños, jóvenes, personas de la tercera edad y familias completas que disfrutan de unidades deportivas, plazas, alamedas, áreas verdes, parques, jardines y espacios culturales.

Tan solo el año pasado en México se rescataron 959 espacios públicos en 300 municipios y delegaciones de las 32 entidades federativas, en beneficio de más de cuatro millones de habitantes, de los cuales 79% afirma percibir mayor seguridad en esos lugares.

Una adecuada planeación urbana y de asentamientos humanos debe sustentarse en políticas que velen por el interés de las mayorías a través de la procuración de espacios físicos seguros, incluyentes, sustentables, y con infraestructura óptima de transporte.

La construcción de ciudades seguras, incluyentes, resilientes y sustentables, se ha convertido en un tema de supervivencia, que exige la participación de autoridades, legisladores y la sociedad en su conjunto.

En la ruta hacia la Conferencia Hábitat III, que se realizará en Quito, Ecuador, en octubre de este año, la ciudad de Toluca, Estado de México, será sede de la Reunión Regional para América Latina y el Caribe a celebrarse del 18 al 20 de abril próximo.

La capital mexiquense espera la participación de parlamentarios, autoridades nacionales y locales, ministros responsables de políticas públicas, académicos, organizaciones de la sociedad civil, iniciativa privada e instituciones públicas de 33 países latinoamericanos y caribeños, con el objetivo de definir la postura regional en torno a una nueva agenda urbana que tiene, en la seguridad, una prioridad.

Senadora por el Estado de México

@AnaLiliaHerrera

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