El destino de los recursos puede marcar la diferencia entre mejorar la calidad de vida de los mexicanos y la competitividad de las ciudades —a través de inversiones que incentiven la movilidad sustentable y proyectos que contribuyan a la mitigación de contaminantes— o continuar con un modelo centrado en el automóvil, que en México ha traído altos costos fiscales, de equidad y sustentabilidad ambiental.

En las zonas metropolitanas de nuestro país —por ejemplo— el sistema de transporte público de calidad no ha podido ir de la mano del crecimiento urbano. La lejanía entre los centros de trabajo y las viviendas ha incrementado el uso de autos privados, provocando congestionamientos viales que afectan la salud y productividad de la población.

Datos del Programa Nacional de Infraestructura 2014-2018, advierten que las pérdidas económicas en el país por este problema se estiman en 200 mil millones de pesos anuales.

Y si de respirar se trata, de acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático, el patrón de movilidad en la Zona Metropolitana del Valle de México contribuye a que los vehículos emitan 50% de los gases de efecto invernadero y 80% de los contaminantes locales.

En este contexto, invertir en transporte público sustentable representa una oportunidad para que 78% de la población que vive en zonas urbanas tengan la opción de trasladarse de manera más segura, rápida y con un bajo impacto ambiental.

Los patrones actuales de movilidad hacen necesario tomar en cuenta las opiniones de especialistas respecto a que la inversión en movilidad urbana debe priorizar la infraestructura para: peatones, ciclistas, transporte público, transporte de carga, autos y motos, en ese orden.

En México se realizan 129.4 millones de viajes diarios. En un día entre semana, tres de cuatro mexicanos realiza, al menos, un viaje mediante alguno de los medios de transporte que tiene disponible.

De acuerdo con el estudio Entre mi casa y mi destino. Movilidad y transporte en México realizado por los investigadores de la UNAM, Manuel Suárez Lastra y Javier Delgado Campos, las personas que viajan en la ciudad hacen, en promedio, 2.14 traslados por día y en casi todos los casos, de estos dos viajes, uno se inicia en el hogar para acudir a otro sitio y el segundo es de regreso a casa.

Los especialistas señalan que ese hecho sugiere, sin lugar a dudas, la importancia que tiene la accesibilidad desde el hogar hasta el sitio en donde desarrollamos nuestras actividades.

El referido análisis, que forma parte de la colección editada por la UNAM Los mexicanos vistos por sí mismos, hace hincapié en la necesidad de contar con política de transporte en todo el país, con metas específicas que cumplir, así como definir parámetros concretos en su planeación para elevar la calidad de nuestros desplazamientos cotidianos.

Hablamos, en síntesis, de calidad de vida, de una de las aristas del derecho que deberíamos tener todos a la ciudad. Por eso la semana pasada un grupo de senadores enviamos un exhorto a la Cámara de Diputados, a fin de que incluyera en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016, dentro de la asignación correspondiente al Ramo 15- Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, recursos suficientes para el “Programa de Impulso a la Movilidad Urbana” (PMUS-7),

De igual manera, solicitamos que se etiquetaran recursos suficientes para el ejercicio del “Fondo de Cambio Climático”, con la finalidad de generar más proyectos de movilidad sustentable a nivel nacional que reduzcan las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, y coadyuven al cumplimento de los compromisos asumidos por el gobierno mexicano para reducir de manera no condicionada 25% de las emisiones de estos gases para 2030. El llamado es para que a partir de la razonable asignación y posterior ejecución de los recursos fomentemos el respeto mutuo entre todos los usuarios del espacio público.

Estamos seguros que destinar recursos de manera eficiente a nuevas formas de movilidad sustentable en el Sistema Urbano Nacional contribuirá a que los mexicanos podamos vivir en ciudades más competitivas y democráticas. Quienes legislamos debemos tomar en cuenta que, como ha señalado el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, somos la última generación con la oportunidad de prevenir las peores consecuencias del calentamiento global, antes de que sea demasiado tarde.

Senadora por el Estado de México y dirigente nacional del Movimiento Territorial.

@AnaLiliaHerrera

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses