La nube de incertidumbre que gira alrededor de la contienda republicana para definir a su candidato presidencial ya empieza a despejarse. Queda claro que hay muchos interesados, pero pocos candidatos viables que serían competitivos en la elección general. Marco Rubio, el joven senador del estado de Florida, surgió del debate más reciente como una alternativa tanto al ala extremista republicana, como a los bostezos colectivos que genera Jeb Bush y se perfila como el candidato republicano que representaría el mayor reto para Hillary Clinton en la elección presidencial de 2016.
En las últimas encuestas tomadas en New Hampshire —un estado importante, no en tamaño sino en política para marcar tendencias— Donald Trump sigue en primer lugar con el 26% de las preferencias republicanas, seguido por Ben Carson con el 16%. Rubio subió al tercer lugar con 13%, un incremento de 9 puntos desde septiembre. (Monmouth University). Bush se ha quedado estancado con alrededor del 7%, pero eso no es la peor noticia para él; no ha logrado generar entusiasmo en torno a su campaña, y su desempeño en los debates ha sido decepcionante.
Pero más allá de seguir las encuestas, hay que seguir el dinero. La semana pasada Paul Singer, un multimillonario influente en el Partido Republicano se declaró a favor de Rubio, indicador importante de que la crema y nata del partido considera que tiene virtudes. Bush se había mantenido en tercer lugar hasta septiembre porque logró recabar fondos al inicio de la campaña, cuando era visto como un candidato del centro que podría unir al establishment republicano. Ahora parece cada vez menos probable que llegue Bush. Para los que financian las campañas Rubio aparece como una alternativa atractiva.
¿Qué tiene Rubio a su favor como candidato? A pesar de que es muy conservador, el partido se ha volcado tan a la derecha que Rubio parece moderado, lo cual pudiera ser positivo en la elección general. Además, es hispano, una gran ventaja dado el peso del voto latino en estados clave como California, Texas y Florida. Ser cubano-americano no tiene tanto peso como ser mexicano-americano en una elección general, pero sus orígenes podrían ayudar al partido republicano a atraer al voto hispano, el cual apoyó de manera abrumadora a los demócratas en la última elección. Hace unos años, Rubio formó parte de un grupo bipartidista de senadores (Group of Eight) que intentaron redactar una reforma migratoria amplia. A pesar de que en las elecciones internas Rubio ha optado por no enfatizar este tema, en una elección general podría utilizarlo como herramienta para sumar a los hispanos. Otra ventaja que tiene Rubio es que sabe comunicar y es capaz de discutir temas sustantivos. El editor del conservador Wall Street Journal recientemente señaló que Rubio es uno de los pocos candidatos republicanos “capaz de hilar frases completas” cuando habla en público.
La juventud de Rubio es un arma de dos filos. El senador es una cara fresca y a la vez es más experimentado que los dos candidatos que lideran las encuestas republicanas, los cuales nunca han ocupado cargos públicos ni de elección popular. A pesar de lo mucho que se quejan los estadounidenses de los políticos profesionales, entregar las riendas del país a alguien sin experiencia en política exterior sería inédito. Rubio pertenece a los Comités de Relaciones Exteriores, de Comercio, y de Inteligencia. Aún así, Rubio sigue estando muy verde y su mayor reto en la elección general sería convencer al electorado de que tiene la capacidad de liderar al país. Rubio lleva tan sólo cuatro años en el Senado (Barack Obama había servido sólo dos años cuando se lanzó como candidato presidencial) y su experiencia en temas internacionales, a pesar de ser positiva, es risible en comparación con Clinton, quien por cuatro años fungió como Secretaria de Estado.
Todavía queda mucho tiempo antes de la elección general, pero sin duda Rubio se está posicionando como el candidato republicano a seguir, y probablemente es el único que tendría la posibilidad de arrebatarles la Casa Blanca a los demócratas en 2016.
Directora de McLarty Associates