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Mientras que en todo el mundo se analizan las razones y motivos de las propuestas y acciones de Trump y tratan al mismo tiempo de predecir sus siguientes decisiones, alguien en México nos dió una clave para entender al presidente de Estados Unidos. O al menos acercarnos. Carlos Slim nos puso a leer. En su última conferencia de prensa dijo que para entender a Trump había que leer su libro “Great Again, How to Fix Our Crippled America” y que no había que sorprenderse demasiado por sus acciones, ya que mucho de lo que ha propuesto en campaña y lo que ha hecho en su presidencia ya se adivinaba por lo que el mismo Trump revela en su libro. Es un libro de menos de 200 páginas y 17 capítulos que destacan, en efecto, un plan que ha cumplido desde que llegó a la Casa Blanca, pero cuya ejecución no ha sido ni será tan fácil.
La mayoría de los comentaristas de Fox News -uno de los pocos medios de comunicación en los que Trump confía-, también consideran que hay una línea de congruencia entre lo que Trump ha dicho y escrito con sus políticas como Presidente y eso mismo piensan muchos de los votantes de Trump; creen conocerlo por lo que ha dicho y escrito.Consideran eso es un buen predictor de lo que hará como Presidente. Pero más allá de sus libros, tweets y discursos, hay que conocer a sus votantes.
Muchos norteamericanos de clase media votaron por Trump por sus promesas de bajar impuestos y confiaron en la posibilidad de reducir su carga fiscal. Trump ha sido un adalid de la reducción de impuestos. Sin embargo, esa es una promesa de campaña que se contradice con otras propuestas que ha hecho Trump y que al final puede resultar para muchos de los votantes de Trump un resultado contraproducente.
Una nota publicada el tres de febrero en el Washington Post (This CEO was hoping for a tax cut. He´s getting more tan he bargain for, de Max Ehrenfreund), presenta el caso de James Hagedor, presidente de una compañía llamada Scotts Miracle-Gro y típico empresario norteamericano que votó por Trump esperando una reducción de impuestos del 36 a 20 por ciento o incluso menos. La empresa de Hagedor fabrica fertilizante con materias primas importadas principalmente de Canadá y Sri Lanka. Los impuestos a las importaciones (border-adjustment tax) que los republicanos están proponiendo, lejos de bajar los impuestos que Scotts Miracle-Gro paga ahora, los aumentarían más allá del 36 por ciento que paga hoy. Claramente no es lo mismo proponer que diseñar políticas públicas congruentes.
Beattyville, Kentucky es uno de los pueblos con población mayoritariamente blanca más pobres de Estados Unidos. Muy cerca de este pueblo, en 1964, el Presidente Lyndon Johnson anunció su “Guerra contra la pobreza”. Desde entonces no han cambiado mucho las cosas. Sigue siendo uno de los pueblos más pobres de Estados Unidos y en las pasadas elecciones Trump ganó con más de 80 por ciento de los votos. Beattyville es un típico pueblo del llamado rust-belt que votó mayoritariamente por Trump. Las industrias del carbón y el petróleo, que hacían de Bettyville un lugar próspero y con empleos, se fueron en los 70’s. Más recientemente también se fueron los empleos de manufacturas y con la desesperación llegaron las drogas y el crimen. Una historia que se repite con bastante frecuencia en el medio oeste de Estados Unidos. Todas las esperanzas de muchos de los habitantes de ese y de otras comunidades parecidas están depositadas en las promesas de Trump de reactivar las industrias, traer empleos de vuelta y devolver a estas comunidades la prosperidad perdida. Es interesante ver cómo en el reportaje de Heather Long (CNN) precisamente sobre Beattyville. Ven en la trayectoria del presidente por el que votaron a un empresario exitoso que les conseguirá la inversión y el empleo que tanto anhelan.
Y es que, contrario a lo que muchos pensaban, en el sentido de que los votantes pobres no votan por candidatos ricos, en la última elección se demostró que cuando está presente una esperanza de prosperidad los pobres votan por quien les ofrece un mejor futuro. Y precisamente, Trump en su libro presenta ese argumento fundamental: I´m rich. I mean, I´m really rich. Es un hombre de empresa, que sabe cómo crear riqueza y que ha prometido mayor prosperidad a comunidades desesperadas. Los votantes están cansados de los políticos tradicionales, y quizás en estos años veamos a más de un empresario lanzarse a la política. Y no solamente en Estados Unidos.
Especialista en comunicación, campañas políticas y opinión pública