Como ya lo había mencionado antes, Trump sí tiene posibilidades de ganar y cada vez es más palpable. Algunas razones:

Una semana difícil para Clinton. La mañana del 11 de septiembre empezó con el episodio de salud que sufrió Hillary Clinton que, de acuerdo con lo difundido, fue diagnosticada con neumonía. Durante todo el día se dio una ola de especulaciones que orillaron la exigencia sobre la transparencia en el manejo de la información sobre su salud. Quienes la habían defendido antes en el Washington Post por descalificar teorías de la conspiración en torno al tema, eran los mismos que ahora exigían información veraz sobre su condición. A la par, Trump aprovechó su ausencia para criticar un discurso que dio Clinton antes de enfermar y en donde atacó ni más ni menos que al 47% de los votantes del candidato republicano, al llamarlos una “canasta de deplorables” por sus posicionamientos en torno a la religión, raza o sexualidad. Nada más irónico que Trump insinuando que la candidata demócrata menosprecia a una parte del electorado, pero así son las campañas: se aprovechan los errores del contrario en minutos. Hillary reapareció para aprovechar el tema del lugar de nacimiento de Obama y atacar a Trump. Después de encabezar el movimiento conocido como birtherism desde hace casi 5 años, Trump fue presionado la semana pasada para pronunciarse sobre el tema, y acusó al equipo de Hillary de las primarias de 2008 por haber puesto el tema en la palestra. Después de lo cual reconoció, por primera vez, que Obama en efecto sí nació en Estados Unidos. Con eso, Trump mató el tema.

El jueves asistí a la cena del Hispanic Caucus en Washington, donde estuvieron el presidente Obama y Hillary Clinton. Las expectativas por la reaparición de Clinton eran altas, sin embargo, los asistentes no mostraron el mismo fervor ante su presencia como lo hicieron minutos antes con Obama; al grado de que al término de su discurso el Presidente pasó más de 20 minutos despidiéndose y tomándose fotos, mientras que la candidata salió por detrás del escenario. Una oportunidad desaprovechada.

En el reciente artículo de Abby Phillip y Ed O’Keefe para el Washington Post señalan que el Partido Demócrata está perdiendo la oportunidad de convertir a la creciente comunidad hispana en votantes permanentes, pues hasta septiembre la campaña de Clinton había ignorado a los hispanohablantes en medios tradicionales, concentrándose solamente en el sector millennial.

Los datos duros. Real Clear Politics, al 19 de septiembre otorga una ventaja de Clinton sobre Trump de 0.9 puntos porcentuales. Y en las encuestas coyunturales, Clinton ganaría de acuerdo a CBS News/NY Times (+2), Reuters/Ipsos (+1) y NBC News/SM (+4); mientras que Trump saldría ganador de acuerdo con Fox News (+1) y LA Times/USC Tracking (+7). Por los márgenes de error, están empatados. En cuanto a las poll of polls, las predicciones siguen favorables a Clinton. Pollyvote: Clinton 53%, Trump 43%. PredictWise: Clinton con probabilidad de 72% contra 28% de Trump, y la predicción de The Upshot es similar, aunque en éste último Clinton ha perdido 11 puntos porcentuales desde el 5 de septiembre.

En el mapa electoral Real Clear Politics, Hillary se adjudicaría hoy 200 votos del Colegio Electoral contra 164 de Trump. Con ello, la candidata demócrata, solo necesitará ganar 70 de los 174 en disputa. Nada está escrito y por eso el debate del 26 será crucial.

A bote pronto. Notables y respetados itamitas forman parte de su grupo cercano. Pero qué necesidad.

Especialista en comunicación, gestión de gobierno, campañas políticas y opinión pública

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