En septiembre de 2015, líderes de todo el mundo se reunieron en la 70° Asamblea General de las Naciones Unidas para adoptar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esta Agenda reconoce a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) no sólo como un habilitador del progreso y desarrollo sostenible, también como una herramienta para lograr equidad de género, pues su objetivo promueve el uso de la tecnología para lograr el empoderamiento de mujeres y niñas.
El compromiso que los países adoptaron en septiembre pasado responde a una realidad que no es ajena a nuestro país. Las condiciones de desigualdad a la que las mujeres se enfrentan todos los días se pueden traducir en cifras concretas. A nivel mundial, las mujeres ocupan sólo 17% de los cargos ministeriales; mientras que, en México, las mujeres reciben un salario hasta 20% menor que los hombres, aun cuando tengan las mismas funciones.
Si se buscan datos para el área específica de las TIC, la situación no es muy distinta. De las 100 compañías de tecnología más importantes en el mundo, solamente seis tienen como directora general a una mujer; además, sólo 1 de cada 5 especialistas en tecnología son mujeres.
El gran reto que hay detrás de estos números es que las mujeres debemos formar parte de la revolución tecnológica sin precedentes que hoy estamos viviendo, y que ya está transformando todos los sectores de nuestro entorno. Las mujeres debemos estar en la toma de decisiones, ocupar espacios de liderazgo, e involucrarnos en el mundo de la tecnología como creadoras y no sólo como consumidoras.
El mundo del futuro, en el que viviremos en los próximos 15 años, implicará un nuevo ordenamiento social. Será una comunidad global, hiperconectada y muy competitiva; los trabajos se sustentarán en la tecnología y el conocimiento. Por eso es que, desde hoy, es necesario construir mejores oportunidades para que las mujeres no queden en desventaja.
Esto traerá beneficios para todos los países, pues en la próxima década, el impacto de la mujer en la economía global va a ser igual al impacto económico de países como China o India. Además, se estima que si hay 600 millones de mujeres y niñas como nuevas usuarias de internet, en los próximos 3 años, el PIB global puede aumentar entre 13 y 18 mil millones de dólares.
Para cumplir con esa tarea, e incluir a más mujeres, de todas las edades, en el campo de las TIC, en el gobierno buscamos sumar esfuerzos con industria, academia y organizaciones de la sociedad civil.
Hace algunos días, presentamos el proyecto CódigoX. El objetivo principal de esta iniciativa es que mujeres y niñas conozcan las oportunidades que las áreas relacionadas con las TIC les ofrecen y desarrollen habilidades que les permitan aprovechar ese potencial. En el arranque del proyecto decenas de niñas participaron en distintos talleres y conferencias, organizadas en conjunto con cámaras empresariales como Canieti, Amipci y Amiti, y en los que colaboraron diversas organizaciones como Cisco, KIO, Apple, IBM, iLab, Telefónica, Google, BrainUp, Intel, Microsoft, Epic Queen, AT&T, Dell, Colibrí, Robotix, Geneux, Wondertec, Mamá digital e ITAM. Las niñas y todos los asistentes también pudieron escuchar a mujeres y hombres comprometidos con la equidad de género en nuestro país, que expusieron sus puntos de vista en diversos paneles organizados en conjunto con agrupaciones de la industria.
Además, como parte de CódigoX desarrollamos un programa de mentorías que tiene como propósito crear una red de apoyo entre mujeres. En este programa—con apoyo y basado en la metodología del pograma Talentum del CIDE—las mentoras, todas mujeres líderes, pueden compartir sus experiencias y, las niñas, expresar sus inquietudes e intereses. El objetivo es que esta red las ayude a conseguir sus metas laborales.
Ya que la educación básica es pilar en la formación de las futuras profesionales del país, en coordinación con el órgano desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública (SEP), @prende.mx, se trabaja para incluir materias como robótica y programación en la nueva propuesta curricular de este nivel educativo. La propuesta surge a partir de distintos pilotos que se llevan a cabo con los dispositivos entregados a alumnos de 5to de primaria, en quince entidades federativas.
Para generar mayores espacios de inclusión a mujeres, también implementamos el programa piloto “Prospera Digital”. Con él, se busca empoderar a las mujeres embarazadas, beneficiarias del Programa de Inclusión Social Prospera. Por medio del uso de sus celulares, las mujeres que participan en el piloto pueden monitorear y cuidar su embarazo, a través de mensajes SMS automatizados, focalizados y personalizados.
Para la puesta en marcha de este piloto, múltiples actores han sumado esfuerzos. Entre ellos, la Secretaría de Desarrollo Social, la Secretaría de Salud, el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (UNICEF, por sus siglas en inglés), las organizaciones Qué Funciona para el Desarrollo, MIT Media Lab y el Behavioural Insights Team del Reino Unido.
A la fecha, más de 100 clínicas en diferentes entidades federativas del país se han incorporado al piloto, sumando ya a más de 1,500 mujeres como participantes activas. Desde el arranque del programa, cerca de 60,000 mensajes se han intercambiado y se han identificado alrededor de 100 casos de alto riesgo, que fueron atendidos de manera oportuna.
Lo que hoy se está construyendo con iniciativas como Prospera Digital y CódigoX va más allá de reconocer que la tecnología está transformando nuestro contexto. Se trata de ser agentes de cambio y romper con antiguos paradigmas, porque es justo que hombres y mujeres sean tratados por igual; porque es justo que mujeres y niñas sean parte de crear el mundo en el que viven.
Coordinadora de Estrategia Digital Nacional