Cuando las cosas buenas pasan son tan evidentes que nadie tiene que contarlas. Pero en nuestro país, en este momento, no hay cosas buenas que contar.
Apenas la semana pasada, el 31 de agosto, los mexicanos nos enterábamos, no de manera oficial, sino por un tuit del candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, que vendría a México aceptando una invitación —de la cual nadie estuvo enterado— de Presidencia de México.
Ese personaje llegaría al país de la mano de nuestras autoridades a sólo unos días de la presentación del 4to Informe de Gobierno, y para todos los mexicanos la pregunta fue una sola: ¿por qué?
Tras la visita del candidato republicano comenzaron a surgir “respuestas” en medios de comunicación, en la prensa, con voceros oficiales y no oficiales, en las redes sociales. Sin embargo, ninguna proveniente del gobierno ha tenido argumentos sólidos que respondan el porqué se invitó a alguien que sólo ha ofendido a los mexicanos, los ha humillado y ha generado una ola de odio con su discurso.
En México y a nivel internacional, el mensaje ha sido uno solo, y no es el que nos han querido transmitir las fuentes oficiales, sino el de la voz de los millones de mexicanos, dentro y fuera del país, quienes no estamos de acuerdo con las decisiones que se están tomando, porque no tienen pies ni cabeza.
¿Por qué invitar a la persona que más nos odia y quiere separarnos con un muro? No señor, la explicación que se nos dio no justifica la insensibilidad.
¿Por qué si fue una decisión acertada costó la salida del titular de Hacienda? Lo que no sólo fue considerado símbolo de debilidad de nuestra administración, sino calificado por el propio candidato republicano como “un éxito de su visita”.
¿Por qué hizo cambios en el gabinete a solo un día de la entrega del presupuesto, en un momento crucial para la economía nacional? ¿Por qué cuando se aseguró que “le toca al gobierno apretarse el cinturón”, eso no ocurrió y no se modifica la política económica? Por el contrario, en lugar de aplicar un recorte a la burocracia, se reducen rubros vitales como la salud (-10.8%), la educación (-15.1%), programas sociales (-6.8) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (-23.3%), entre otros.
¿Por qué expedir una iniciativa para aprobar los matrimonios igualitarios en tiempos electorales y, de pronto, se le deja de apoyar y queda congelada en el Congreso?
¿Por qué poner como secretario de Desarrollo Social a alguien totalmente ajeno a la política social y a la gente, pero con enormes vínculos e intereses con el Estado de México, justo en el momento en el que comienza el proceso electoral en esa entidad, en donde los índices de pobreza e inseguridad están entre los más alarmantes del país?
Hay muchas explicaciones que dar, los mexicanos no podemos quedarnos de brazos cruzados a esperar que el futuro nos responda “el porqué de cada decisión tomada”. Hoy el país es golpeado por su propia administración.
La falta de congruencia entre lo que se dice y lo que se hace, la falta de resultados en una de las peores crisis económicas de nuestro país, la falta de transparencia y claridad, nos han llevado a convocar a un gran Bloque Opositor, primero en el Estado de México, en donde pronto se podrán tomar decisiones por la vía democrática para rescatar a esa entidad, y también en el Congreso un Bloque Opositor para darle un cauce diferente al presupuesto.
No podemos perder más tiempo, debemos tomar decisiones con visión de mediano y largo plazo para poder cambiar el rumbo de nuestro país. Lo hemos dicho en el PRD, el Bloque Opositor no es una medida que beneficie a los partidos sino a la gente. Lo decimos con humildad y lo decimos fuerte, si todas las fuerzas políticas que hemos criticado una mala conducción del país cerramos filas, en un Bloque Opositor está la respuesta.
Presidenta nacional del PRD.
@Ale_BarralesM
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