La inercia se ha apoderado del campo electoral. La captura de los intereses partidistas ha pervertido el origen de lo que fue el IFE y de lo que es hoy el INE. Las instituciones surgen para resolver un conflicto y son la expresión de un compromiso político, como bien dice el economista francés Bruno Amable. El IFE-INE surgió para resolver la necesidad de tener elecciones libres y creíbles; para que los votos ciudadanos contaran y se contaran bien; para defender derechos políticos y cuidar la equidad. En el pasado, los años setentas y ochentas del siglo XX, el país llegó a una situación muy complicada porque cada elección competida terminaba en un conflicto social que sólo tenía la calle como mecanismo de protesta. El arte de comicios sin problemas de legitimidad sólo duró entre 1997 y 2003, después regresó el conflicto y se fracturaron los compromisos que dieron origen a una institución autónoma encargada de tutelar derechos de la ciudadanía.
Todavía recordamos aquellos tiempos en donde el IFE hizo —contra viento y marea— las investigaciones sobre los casos de Pemexgate y Amigos de Fox. Queda para la historia la sesión en donde se multó al PRI con mil millones de pesos. De eso hoy no queda nada. Nos hemos regresado tanto que puede haber una elección como la del Estado de México, en donde no sólo el gobierno estatal, sino todo el gobierno federal, se puso al servicio del PRI para apoyar a Del Mazo, y en el INE dicen que todo fue legal y que no se rebasaron los topes de campaña. ¿A quién le sirve una autoridad sin confianza? ¿Para qué han servido las decenas de reformas, y la multiplicación de leyes electorales? ¿Para qué?
La terquedad del poder se ha interpuesto muchas veces entre los intereses particulares y las elecciones libres. ¿Cuántas veces ha estallado el conflicto político por algún proceso electoral? y ¿cuántas veces se ha tratado de resolver con una nueva reforma? Pero lo cierto es que de tanto pulir y pulir las reglas, se ha llegado a tener un aparato tan complicado que resulta poco accesible a la ciudadanía. Lo más importante es que no se ha logrado conquistar la confianza de los votantes. La sucesión presidencial de 2006 estuvo plagada de delitos previos a los comicios, intervenciones indebidas de actores que no tenían derecho a hacerlo (Fox en plena campaña para apoyar a su partido, los gremios empresariales en los medios para favorecer a un candidato). Luego vino el cambio del modelo mediático y los primeros en encontrar una salida falsa para violentar la ley fueron los mismos partidos que, con la complicidad de la televisión, nos quisieron vender gato por liebre, es decir, propaganda por información. Peña Nieto fue el resultado de esa trampa. Luego llegó el 2012 y los mecanismos para comprar el voto se hicieron a través de sofisticadas operaciones financieras. Así, entre la burla por lo topes de campaña y la captura de los organismos electorales locales, se llegó a la reforma de 2014. Pero las recientes elecciones en Coahuila y en el Estado de México nos mostraron que los organismos locales y la Carabina de Ambrosio, son lo mismo.
La sesión del pasado viernes 14 de julio en el INE fue lamentable por varias razones, no sólo porque mostró la enorme captura de la mayoría de los consejeros, sino porque consideran que hicieron bien su trabajo de fiscalización. Se evidenció el trato diferencial: la intencionalidad de penalizar Coahuila y dejar el Estado de México como una elección equitativa, lo cual resulta completamente alejado de lo que pasó. El “ciclo” de la corrupción en el Estado de México (como lo documentó la iniciativa Ahora) fue desechado por el INE, de la misma forma que se negó el fraude del 88 y el fraude de 2006. Resulta una paradoja, que haya decenas de denuncias, múltiples evidencias sobre cómo el gobierno federal movió de forma estratégica al gabinete y sus recursos para apoyar al PRI, y que el INE no vea nada de lo que sucedió.
Con esta autoridad administrativa y con la poca confianza que despierta el Tribunal Electoral, vamos hacia una elección muy complicada en 2018, en donde la ciudadanía no tiene garantías de respeto a su voluntad, a su voto. Es lamentable…
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif