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Con frecuencia la tragedia llega al país para despedir los últimos días de este complicadísimo 2016. Ahora fue en la forma de una explosión del mercado San Pablito de Pirotecnia en Tultepec, Estado de México. Antes de Navidad la cifra fatal llegaba a 36 muertos. Esta explosión podría ser una metáfora del país (en donde explotó la corrupción y la violencia) y, por supuesto, la ola de nacionalismos, xenofobia y terrorismo que han explotado en el mundo actual.
Este año, quizá como hace varios años que no sucedía, hubo acontecimientos muy preocupantes dentro y fuera del país. Para actualizar la memoria, durante el primer semestre una parte de la política giró en torno a las elecciones locales que dejaron una buena derrota para el partido gobernante; la lacra de la corrupción ha llegado a niveles intolerables en la vida pública y, en esta ocasión, un selecto grupo de gobernadores mostraron que la transa y la podredumbre no tienen límites. Desafortunadamente tenemos uno de los déficits más grandes de impunidad que destruye cualquier expectativa de justicia. Entre un ejercicio lento y deficiente del poder judicial y oscuros pactos de complicidad, corre un expediente en formación sobre Borge y Duarte, el de Chihuahua; Padres está en la cárcel, y el de Veracruz (el más radical en la podredumbre), está prófugo. Mientras varias organizaciones de la sociedad civil lanzaron la iniciativa 3de3, que ya tiene una buena parte de aprobación. Esta lucha va para muy largo.
Otro de los problemas graves que hemos padecido en el año, a pesar de que no es ninguna novedad, es la crisis de derechos humanos. En abril se fue el GIEI, después de entregar su segundo informe sobre Ayotzinapa y desde entonces no pasa nada; siguen las visitas de Naciones Unidas que muestran la continuidad de la violencia, de las desapariciones forzadas, la tortura y la impunidad. Informes van y vienen, denuncias se acumulan, para tener un escenario que nombró muy bien el estudio de la organización Open Society: “Atrocidades innegables”. El gobierno sigue pagando un altísimo costo frente a la sociedad mexicana y en las ligas internacionales. ¿Por qué tanta impunidad? ¿A quiénes se protege?
La economía atraviesa por una situación muy complicada, el crecimiento es cada vez menor, la deuda pública es alta, la inflación ha repuntado, la moneda acusa una fuerte devaluación y las expectativas para el año entrante son de pronóstico reservado en la era de Trump. Por lo pronto, el gobernador del Banco de México abandona el barco, no sabemos si antes del naufragio o durante el mismo. La última ocurrencia que nos dejó fue decir sobre Trump que sólo habíamos visto los cortos, pero que era una película de terror. Muy ocurrente. El modelo de desarrollo ahora está amenazado y después de 25 años dentro de una estrategia exportadora y de mano de obra barata, parece que este gobierno no tiene ningún plan alternativo.
Noticias negativas en el escenario internacional se acumularon en el año: la destitución de Dilma Rousseff en Brasil anunció el cambio de proyecto y la derechización de ese país. El Brexit fue un campanazo que precedió a la llegada de Trump, y la crisis de la Unión Europea subió de nivel, las amenazas del nacionalismo y del populismo se combinan con los atentados terroristas en una geografía creciente de países que ahora llegó hasta Alemania. Al mismo tiempo, el Medio Oriente sigue sumido en una guerra que no termina, sobre todo Siria (que manda millones de inmigrantes a Europa), en donde hay un abierto conflicto entre las grandes potencias.
El Estado mexicano sigue debilitado por inercias de captura, impunidad y desigualdad. El año entrante será más complicado.
A pesar de que las esperanzas de cambios andan muy desnutridas, antes de que termine el año y nos alcance una nueva explosión podemos recordar el bello poema de Mario Benedetti que musicalizó Serrat, y que viene al dedo frente a la era de Trump:
“pero aquí abajo abajo/ cerca de las raíces / es donde la memoria / ningún recuerdo omite / y hay quienes se desmueren / y hay quienes se desviven / y así entre todos logran / lo que era un imposible / que todo el mundo sepa / que el Sur también existe”…
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif