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Otra vez el sistema electoral en Estados Unidos volvió a jugar en contra del voto popular y ganó el candidato que quedó en segundo lugar, el temible Donald Trump. Esto ha pasado 4 veces en la historia de este país (1876, 1888, 2000 y 2016), pero quizá esta sea la más conflictiva. Otra vez escuchamos que fallaron las encuestas, quizá, pero las que midieron el voto popular, acertaron. Este injusto sistema indirecto —cuyo resultado lamentamos— porque cuando no coinciden los dos tipos de voto, pierde la representación popular directa. Al día siguiente de los comicios vimos la institucionalidad en el reconocimiento de la derrota. Las élites lo resuelven rápido, pero las heridas de la campaña y el discurso del odio permanecen y ya empiezan a darse ataques violentos de xenofobia y racismo. Las inercias de la polarización apenas empiezan, pero no se sabe cuándo terminarán. Después del shock mundial por Trump, urge el análisis de los escenarios que siguen para nuestro país, porque las próximas batallas, que serán complejas y difíciles, ya empezaron.
Lo primero que necesitamos pensar es en el ciclo largo, tenemos al menos 25 años metidos en un modelo de integración, que no sólo es el TLC, sino una enorme dinámica económica que ahora se aproxima a cambios en el corto plazo. El tipo de capitalismo mexicano es de subcontratación internacional (Ilán Bizberg, Tipos de capitalismo en América Latina); más del 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino a Estados Unidos; la dependencia es completa, por decir lo menos. Lo segundo importante es el problema de los inmigrantes, que también forman una numerosa comunidad que ahora se calcula en cerca de 11 millones de mexicanos que podrían ser repatriados. Trump habla de al menos 3 millones; será alta la migración de retorno. En tercer lugar, están los mercados financieros, el tipo de cambio que ya inició un fuerte movimiento al alza. Enseguida está la agenda negra del crimen, la de los intercambios que mandan droga y regresan armas. La política de apoyo a las armas de asalto que Trump respalda y que incrementa la amenaza. Luego viene el muro, del que ya hay varios segmentos, pero puede crecer. Casi cualquier tema de la agenda bilateral está amenazado y podrá ir hacia un escenario más malo que el actual, aquí está la tragedia que se instalará con Trump en la Casa Blanca.
Ahora se dice que como candidato fue una cosa, pero que como gobernante será diferente, es decir, más moderado. No lo sabemos, pero las caras que ya circulan para el gabinete trumpista no se ven nada amables, son un grupo muy conservador que no tendrá mayores problemas para cumplir las amenazas de su jefe.
Es necesario cambiar la dinámica política y económica de nuestro país en relación con el vecino del norte. No será nada fácil, pero hay que intentarlo. Se necesita otro modelo de desarrollo. No sólo es Trump el problema, hay un efecto reactivo a los vientos de la globalización y a la apertura de mercados. Deseo ver cómo le va a hacer Trump para frenar la circulación del capital financiero; cómo va a repatriar a las armadoras de carros cuyos componentes se hacen en muchos países y cómo va a cerrar la frontera en Texas y California. Estoy esperando a ver lo que Trump les va a decir a los grandes intereses económicos de su país que se desarrollan al amparo del TLC. Lo que sí veo a la vuelta del próximo 20 de enero es otro ministro conservador en Corte; el adelgazamiento de los programas en contra del calentamiento global; la regresión en contra de derechos de minorías, sólo para empezar.
En el futuro inmediato hay malas noticias. El gobierno de México no ha respondido y no ha tomado decisiones. Lo que no puede hacer Peña Nieto es sentarse a esperar a que Trump no haga lo que dijo en campaña. Quizá, Peña Nieto sabe que ya no tiene tiempo y convicción para hacer lo que necesita el país, dar las batallas importantes y decir no al muro, no a renegociar el TLC y no al regreso masivo de mexicanos. Quizá el fondo es más grave porque este gobierno no tiene idea de cómo iniciar un nuevo modelo de desarrollo, y cómo convocar a una respuesta nacional inteligente en contra de la derecha racista que viene…
Investigador del CIESAS.
@AzizNassif