Largos años de corrupción y políticas autoritarias podrían llegar a su fin en Eslovaquia , donde la abogada y activista Zuzana Caputova está al frente de las elecciones presidenciale s de mañana, de acuerdo con las últimas encuestas de opinión.
Novata en la política, Caputova , de 45 años, surgió repentinamente como la candidata favorita en el pequeño país de Europa central el uno de marzo, al lograr una ventaja al parecer insuperable sobre el aspirante del partido en el poder, Maros Sefcovic .
Un sondeo de la agencia AKO , el último antes de una moratoria de dos semanas, expuso que Caputova tenía 52.9% de apoyo , mientras que Sefcovic , respaldado por el partido Dirección-Socialdemocracia ( Smer ) del exprimer ministro Robert Fico , se ubicó en un distante segundo lugar con sólo 16.7% .
Otra encuesta de la agencia Focus colocó a Caputova con 44.8% y Sefcovic con 22.1% .
En un proceso con 15 candidatos , entre ellos Marian Kotleba del derechista Partido Popular , conocido por elogiar a Jozef Tiso , colaborador eslovaco de los nazis , Caputova aún enfrentará obstáculos para ganar la primera ronda de los comicios el sábado, que requiere obtener el sufragio de más de 50% de todos los empadronados y no sólo de los que asisten a las urnas.
De otra forma, los dos principales candidatos participarán en la segunda ronda del 30 de marzo .
El poder ejecutivo de Eslovaquia carece de autoridad en los asuntos cotidianos, pero aprueba la formación de nuevos gobiernos y nombra jueces a la corte constitucional, así como fiscales en jefe.
Fico, quien todavía dirige al partido Smer , ha señalado que le gustaría retirarse de la política con un asiento en el tribunal.
Caputova
ganó el Premio Ambiental Goldman en 2016 por su lucha de 14 años contra un tiradero ilegal de basura en su pueblo natal, Pezinok , en las afueras de Bratislava , la capital eslovaca.
El tiradero se encontraba cerca de un basurero más antiguo donde se filtraron químicos tóxicos , lo que llevó a una incidencia de cáncer ocho veces mayor al promedio nacional .
En 2017 , fue parte de la campaña que condujo al Parlamento a cancelar la amnistía concedida por el expremier Vladimir Meciar a su jefe de inteligencia y otros funcionarios, por el secuestro en 1995 del hijo del entonces presidente Michal Kovac .
El perdón fue visto por muchos como un intento de garantizar que el crimen patrocinado por el Estado quedaría sin castigo .
Meciar, quien fue arquitecto del “ divorcio de terciopelo ” entre Eslovaquia y la República Checa en 1992-1993 , además del primer Jefe del Gobierno ( primer ministro ) de la nueva República Eslovaca , ha negado su responsabilidad en el secuestro.
Fundadora y vicepresidenta del partido liberal Progresivne Slovensko ( Eslovaquia Progresista ), sin presencia en el Parlamento, Caputovna también tiene apoyo del jefe de Estado saliente, Andrej Kiska , quien derrotó a Fico en la última elección presidencial en 2014 .
Diplomático de carrera
Sefcovic
, diplomático de carrera y vicepresidente de la Comisión Europea para reforma administrativa, escuelas y seguridad , encabezó las preferencias hasta febrero, cuando otro aspirante, el científico y empresario Robert Mistrik abandonó la carrera y dio su respaldo a Caputova.
Durante los últimos años, Eslovaquia ha estado entre los miembros con crecimiento más rápido de la Unión Europea , pero se ubica en el puesto 57 de 180 países en el Índice de Corrupción de Transparencia Internacional .
El clima de frustración e impunidad que caracterizó al periodo de Fico —fue primer ministro en diez de los 12 años previos, luego del comunismo y de la era autocrática de Meciar, llamada el Meciarizmus ( Meciarismo )—alcanzó su clímax en 2018 con el asesinato del periodista de investigación Jan Kuciak .
Kuciak
, quien trabajaba en casos de defraudación fiscal que involucraban a empresarios con contactos políticos y la mafia italiana , fue tiroteado en su casa con su prometida.
Las protestas que siguieron, apoyadas por Caputova , fueron las mayores contra el gobierno en la historia postcomunista de 30 años de Eslovaquia y precipitaron la renuncia de Fico .
“ Eslovaquia muestra señales de una captura del Estado: el poder no es ejercido por los que resultaron elegidos, sino por los que mueven los hilos tras bambalinas. Tenemos un problema con la corrupción , como otros países europeos, y con el rendimiento de cuentas . No obstante, veo esperanza en la gente que actúa, que protesta y pide un cambio”, declaró Caputova a Reuters .
Madre divorciada con dos hijos, se ha pronunciado en contra de los llamados para prohibir el aborto y en favor de las adopciones por parejas homosexuales , alienando a algunos electores en la nación, conservadora en lo social.
Sin embargo, Caputova disfruta el momento detonado por la movilización de la sociedad civil, simbolizado por la plataforma “ Por una Eslovaquia Decente ”, integrada en su mayoría por estudiantes y organismos no gubernamentales.
De resultar electa, Caputova se sumará al campo de los líderes mundiales sin trayectoria en la política formal , lo que a menudo despierta más preguntas que certezas en áreas como la política exterior.
Eslovaquia ejerce actualmente la presidencia rotativa del “ euroescéptico ” Grupo de Visegrado , alianza establecida en 1991 por Bratislava , Hungría , la República Checa y Polonia que ha chocado repetidamente con Bruselas respecto a la inmigración , la independencia de la prensa y el estado de derecho .
El mes pasado, Mike Pompeo , secretario de Estado de Estados Unido s, visitó Bratislava , para demandar a Eslovaquia y otros vecinos a permanecer dentro de “ la comunidad transatlántica de democracias ”.
Antes de reunirse con el premier Peter Pellegrini , advirtió sobre la “ agresión rusa ” y afirmó que China extiende su influencia en la región .
Según fuentes oficiales de Estados Unidos, China ha realizado una gran inversión comercial y diplomática en Europa central , cortejando a miembros de la OTAN como Eslovaquia , Hungría y Polonia con miles de millones de dólares en créditos y la esperanza de desarrollo tecnológico.
La inserción de redes de telecomunicaciones chinas en los estados miembros de la OTAN “comprometería la cooperación militar dentro de la alianza en una crisis”, aseguraron.
Editado por Sofía Danis
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